El 1 de marzo, durante la ceremonia de apertura de sesiones del Congreso, el discurso del presidente Javier Milei fue el centro de todas las miradas, pero la vicepresidenta Victoria Villarruel no pasó desapercibida. Su elección de portar una rosa negra en la solapa izquierda desencadenó una serie de especulaciones en un contexto político marcado por la tensión.
Desde el inicio del evento, la "frialdad" entre Milei y Villarruel fue evidente. A diferencia del año anterior, cuando la vicepresidente había recibido al presidente con un abrazo cordial, esta vez no hubo contacto físico. La transmisión oficial incluso limitó las imágenes de Villarruel, lo que reflejó la creciente distancia entre ambos.
La rosa negra que eligió Villarruel generó diversas interpretaciones que iban desde un posible mensaje hacia Milei hasta connotaciones simbólicas asociadas a su vestimenta. El día avanzaba y las redes sociales se llenaron de teorías sobre lo sucedido, especialmente por el evidente clima helado entre los dos. Sin embargo, el equipo de Villarruel desmintió estas especulaciones días después, aclarando que el gesto no iba dirigido al presidente ni se relacionaba con un código de vestimenta.
Fuentes cercanas a la vicepresidenta explicaron que la rosa representa un homenaje a las víctimas de la creciente inseguridad en la provincia de Buenos Aires. Desde principios de 2025, más de veinte muertes han sido atribuidas a la creciente violencia en el territorio de Axel Kicillof, un tema que Villarruel resaltó en numerosas ocasiones. La reciente muerte de una niña de siete años en La Plata, a manos de delincuentes, conmovió al país entero y puso de relieve la urgencia de abordar la crisis de inseguridad.
La misma noche en que Villarruel realizó su homenaje, Milei reiteró en su discurso su deseo de endurecer las penas y bajar la edad de imputabilidad a 13 años.