La monja brasileña Inah Canabarro Lucas, reconocida como la persona más anciana del mundo, falleció este miércoles a los 116 años en Porto Alegre. La noticia fue confirmada por la Congregación de las Hermanas Teresianas, donde vivió. Ostentó el título de la persona más longeva desde enero, tras el fallecimiento de Tomiko Itooka.
La organización destacó su legado espiritual y educativo, expresando: “En el día de hoy, que la resurrección abrace a la Hermana Inah Canabarro, damos gracias por la entrega y dedicación”. En un video de LongeviQuest, ella misma se describió como “joven, bonita y amigable”, y reveló que su secreto para vivir tanto tiempo consistió en rezar: “Lo es todo”.
Canabarro dejó una huella imborrable en su comunidad, con una vida centrada en la enseñanza y la fe católica. Nació el 8 de junio de 1908, aunque su sobrino, Cleber Canabarro, indicó que en realidad su verdadero nacimiento ocurrió el 27 de mayo.
A los 16 años comenzó su camino religioso en una escuela teresiana y fue ordenada monja a los 26 años. Se destacó como docente y formó dos bandas musicales en escuelas de la frontera con Uruguay. Entre sus alumnos estuvo João Figueiredo, quien se convirtió en el último dictador de Brasil.
Además de su devoción religiosa, Inah fue una gran hincha del club Internacional de Porto Alegre. Su habitación estuvo decorada con memorabilia del equipo, al que consideró el "equipo del pueblo". “El Inter es el equipo del pueblo, sin importar si eres rico o pobre, blanco o negro”, afirmó en alguna ocasión.
El club de fútbol despidió a la monja con un mensaje emotivo en sus redes sociales, resaltando su dedicación a la bondad y el amor. En sus últimos años, sufrió problemas de salud que la llevaron a ser hospitalizada en dos ocasiones.
En 2018 la monja, cuando tenía 110 años, recibió la bendición apostólica del papa Francisco. Junto con la bendición se le entregó un certificado que colocó en un lugar destacado de su habitación.