En una medida que promete encender la polémica con los gremios aeronáuticos, el Gobierno nacional se prepara para modificar por decreto las condiciones laborales de los pilotos de aviación comercial en la Argentina. La iniciativa, que está en etapa final de redacción y se publicará en los próximos días en el Boletín Oficial, contempla una importante reducción en los días de vacaciones y en las horas mínimas de descanso semanales de los tripulantes de vuelo.
Según confirmaron fuentes oficiales, el nuevo marco normativo modificará sustancialmente la Resolución 887/2021 de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), que reglamenta el Título V del Código Aeronáutico. En concreto, se prevé una baja drástica en la cantidad de días de licencia anual de los pilotos: de los actuales 40 días, pasarán a gozar de solo 15. En la Casa Rosada justifican el recorte con una comparación internacional: “En países como Estados Unidos, los pilotos tienen 14 días de vacaciones durante sus primeros cinco años de trabajo”, señalaron desde el Ejecutivo.
Imitar a Estados Unidos
Además del recorte de licencias, el nuevo decreto introducirá cambios en los tiempos de descanso entre vuelos. Actualmente, los tripulantes deben contar con al menos 36 horas consecutivas de reposo por semana, ya sea en su base o fuera de ella. El nuevo esquema, inspirado en la normativa estadounidense parte 117 de la FAA (Federal Aviation Administration), reducirá ese mínimo a 30 horas semanales. También se establecerán límites revisados para las horas de vuelo: en Estados Unidos, el tope es de 100 horas en un ciclo de 28 días, mientras que en Argentina los pilotos tienen permitido hasta 90 horas mensuales si vuelan en cabinas de dos integrantes.
En Balcarce 50 reconocen que la medida puede generar fuertes resistencias sindicales y posiblemente derive en litigios judiciales. De hecho, la propuesta quedó fuera del reciente paquete de reformas del sector aeronáutico introducidas por la norma 338/2025 debido al temor de desencadenar paros durante la temporada alta. Para respaldar jurídicamente el decreto, el Gobierno solicitó informes técnicos a la ANAC que justifiquen la conveniencia operativa de los cambios.
El trasfondo de estas medidas apunta a una transformación profunda del sistema aerocomercial argentino. En los últimos meses, el oficialismo avanzó en la liberalización del sector: habilitó el uso de aeronaves con matrícula extranjera, eliminó la exigencia de contar con tripulación y asistencia argentina, y flexibilizó las condiciones para constituir sociedades aéreas, manteniendo como único requisito la radicación legal en el país.
Estas reformas fueron impulsadas desde el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, a cargo de Federico Sturzenegger, en colaboración con la Secretaría de Transporte, ahora liderada por Luis Pierrini tras la salida de Franco Mogetta. La estrategia oficial, según fuentes del Gobierno, es clara: “Queremos desregular el sector para facilitar la llegada de más empresas internacionales que operen rutas dentro de Argentina”.
La ofensiva contra el régimen laboral actual también busca abrir el debate sobre los convenios colectivos de trabajo que regulan al personal aeronáutico. Y no es un dato menor que, en paralelo, el Gobierno planea reactivar el proyecto de privatización de Aerolíneas Argentinas en el Congreso antes de fin de año. Esta iniciativa fue evitada durante las sesiones extraordinarias de principios de 2025 para no afectar la operatividad de la empresa en plena temporada turística, pero sigue siendo una prioridad de la gestión.
