El ambicioso intento del Gobierno por atraer al sistema financiero formal los dólares que los argentinos atesoran fuera del circuito bancario aún no muestra señales de reactivación. El medio Todo Noticias difundió nuevos datos sobre los depósitos y la actividad bancaria. A pesar del nuevo esquema impositivo lanzado el 1° de junio, que busca ofrecer una vía de regularización fiscal basada en los ingresos y no en el patrimonio, los depósitos en dólares continúan estancados o en leve retroceso.
La iniciativa, impulsada por el ministro de Economía Luis Caputo, prometía ser un paso hacia un blanqueo “de hecho”, respaldado por modificaciones normativas de organismos como ARCA y la Unidad de Información Financiera (UIF). Sin embargo, hasta el momento, los datos del Banco Central no muestran un cambio sustancial: desde el anuncio, los depósitos privados en moneda extranjera cayeron US$426 millones, con una baja marcada en las cajas de ahorro, que retrocedieron US$1089 millones.
Panorama cauteloso
Algunas entidades bancarias señalan haber recibido depósitos por más de US$130 millones, atribuibles a clientes que anticiparon su ingreso antes de la publicación formal de las nuevas reglas. “Tuvimos un flujo atípico para esta época del año, tanto de personas como de empresas”, señalaron desde una entidad. Pero estas experiencias son aisladas.
En muchos otros bancos el panorama es más cauteloso. Ejecutivos reconocen que, sin la sanción de la reforma a la Ley Penal Tributaria que garantice un blindaje legal para quienes declaren dólares no justificados, los asesores fiscales desaconsejan ingresar al régimen. Ese proyecto, presentado por el titular de ARCA Juan Pazo y el diputado José Luis Espert, aún no fue aprobado por el Congreso.
La falta de definiciones legislativas alimenta la desconfianza. Muchos ahorristas, marcados por experiencias previas de cambios abruptos y controles sorpresivos, optan por mantener sus divisas fuera del sistema. El temor a futuras sanciones o revisiones fiscales también frena cualquier intento de bancarización masiva.
Desde el sector financiero reconocen que, sin señales más firmes de estabilidad institucional y protección jurídica, resulta difícil imaginar una oleada de depósitos. El “dólar colchón”, una metáfora ya habitual en la economía argentina, sigue siendo para muchos la única opción percibida como segura en un contexto de volatilidad y desconfianza.
Por ahora, el objetivo oficial de canalizar parte de esos más de US$200.000 millones que circulan fuera del radar económico hacia el sistema bancario sigue sin materializarse. Las entidades esperan, pero los clientes dudan. El tiempo dirá si este intento se convierte en una política efectiva o en otra oportunidad dilapidada por la falta de confianza.
