En la política, como en otros ámbitos, uno de los errores más comunes es dejar que otros cuenten tu historia. Esto ocurre cuando no se toma control sobre la narrativa que circula sobre uno, permitiendo que los medios o, peor aún, los adversarios, definan quién sos y qué representas. Este vacío informativo, a lo largo de los años, ha sido especialmente perjudicial para figuras públicas como Máximo Kirchner, quien ha visto cómo las críticas a su persona se han amplificado sin un espacio propio para refutar o reconstruir su imagen.
Es importante comprender que, aunque no se pueda controlar lo que otros dicen, sí se puede contar tu propia historia. Esta no es una defensa a ultranza ni un intento de blindarse, sino una estrategia de comunicación genuina y directa que permita exponer tus propias ideas y principios. Hace algunos años, la tarea era mucho más difícil. Los canales eran más limitados y el mensaje se filtraba a través de los medios tradicionales. Sin embargo, desde hace años existe una nueva oportunidad en las redes sociales. El kirchnerismo logró imponer el concepto de "Clarín Miente" en tiempos de menos herramientas de comunicación, entonces, ¿por qué no innovar en estos nuevos canales potentes para comunicar de manera directa y efectiva?
En definitiva, la gestión de la propia historia en el ámbito digital no es solo una cuestión de imagen, sino de estrategia política a largo plazo. Las plataformas actuales ofrecen un terreno fértil para redefinir narrativas y combatir la desinformación, pero también requieren que los políticos adopten una actitud proactiva y moderna. Si no se toma el control de la narrativa digital, otros lo harán, y el costo de este vacío puede ser mucho mayor de lo que parece.