La diputada nacional Lilia Lemoine volvió a subir el tono contra Gildo Insfrán tras el contundente triunfo del gobernador en las elecciones del domingo. Con un estilo directo, la legisladora libertaria aseguró que está dispuesta a mudarse a Formosa si se detectan represalias contra los testigos que declararon en la Comisión de Derechos Humanos de Diputados. Y lanzó una advertencia con nombre y apellido: “Ya se lo dije. No creo que Insfrán me quiera viviendo allá, ya se puso bastante nervioso”.
En diálogo con el medio Infobae, la referente de La Libertad Avanza explicó que no dudará en instalarse en la provincia del norte si alguno de los denunciantes sufre hostigamiento. “Si tocan a una de las personas que declaró en la Comisión de Derechos Humanos que se hizo en Formosa o en Buenos Aires, yo me voy a mudar a Formosa y voy a estar viviendo allá cuando no sea el momento de sesionar”, afirmó.
Reelecciones y un sistema que no cambia
Para Lemoine, el resultado del domingo, que habilita al PJ local a avanzar con la reforma constitucional, no se explica desde la estrategia política, sino desde una lógica estructural: “No se trató en esta elección de un simple problema de estrategia política, sino de mecanismos ilegales para asegurarse el poder. Lo que debería pasar es que Insfrán deje de hacer fraude, y por eso ganó”.
Frente a los rumores de una eventual intervención federal, Lemoine se mostró escéptica. “Si vos sacás a Insfrán y lo reemplaza el intendente de la capital y va a hacer lo mismo que él, no cambia absolutamente nada”, sostuvo. Y reafirmó su convicción de que el modelo formoseño encarna un sistema cerrado, inmune a los cambios cosméticos.
Lejos de mostrarse ajena a la realidad local, la diputada libertaria reivindicó su conocimiento del territorio. “Mis visitas a Formosa son para empaparme, fui por la comisión de derechos humanos, colaboro con Sabrina Ajmechet y tengo amigos allí”, explicó. En ese marco, remarcó: “En Formosa veo un potencial y un deseo de cambio muy grandes”.
Aunque reconoció que la provincia no define comicios nacionales, para Lemoine el plano simbólico pesa: “Formosa no te va a dar vuelta una elección nacional, pero significa la batalla de las ideas. El modelo decadente de Insfrán es el modelo de (Axel) Kicillof: van tras lo mismo. Reelecciones indefinidas, gasto público interminable, el estatismo total y la compra de votos”.