El crimen de Alejandro Negri, un expolicía de 65 años asesinado mientras lavaba su auto en la vereda de su casa en Aldo Bonzi, sacudió la agenda pública y provocó una fuerte reacción de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien calificó el hecho de “desgarrador” y responsabilizó al gobernador bonaerense Axel Kicillof por la situación de inseguridad en el conurbano.
“Este video es desgarrador. Alejandro, policía retirado, estaba ¡LAVANDO SU AUTO! en la vereda de su casa cuando dos delincuentes malnacidos le tiran 11 tiros en cuestión de segundos, solo para robarle”, escribió la ministra en su cuenta de X.
Bullrich acusó a Kicillof
Pero su mensaje fue más allá de la indignación. Bullrich acusó directamente al mandatario provincial: “Kicillof no solo es un inútil, sino que además es prodelincuentes. Trabaja a diario para garantizarles impunidad”. Y sumó una frase que ya se volvió habitual en su discurso: “La Matanza es tierra liberada”.
El crimen ocurrió sobre la calle Founrouge, cuando Negri fue sorprendido por dos delincuentes, presuntamente menores de edad, que intentaron robarle su automóvil BMW. En segundos, los atacantes dispararon once veces, impactando al expolicía en la pierna y el abdomen. Fue trasladado de urgencia al Hospital Balestrini, donde falleció poco después de ingresar.
Los agresores escaparon del lugar y se subieron a un colectivo. Son intensamente buscados por personal del Grupo Táctico de Operaciones. En la escena del crimen, la Policía Científica incautó un arma calibre .380, modelo Bersa Mini Thunder. La causa quedó en manos de la Unidad Fiscal de Investigación Temática de Homicidios, que la caratuló como “tentativa de robo y homicidio”.
Un caso que reaviva tensiones políticas
Negri había sido transferido a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires en 2016. Su asesinato reactivó las fricciones entre Nación y Provincia en materia de seguridad, un área en la que Bullrich mantiene un discurso implacable y busca marcar diferencias con la gestión bonaerense.
El caso también expone la creciente tensión entre los discursos punitivistas y las respuestas estructurales a la violencia urbana en el conurbano. Esta vez, la indignación llegó con nombre, video y acusaciones cruzadas.