La política es el arte de lo imposible dice una famosa frase que puede tener varios significados diferentes y uno de ellos podría relacionarse cuando dos expresiones distintas que no suelen mezclarse se juntan.
Y algo de eso sucedió cuando el diputado nacional Máximo Kirchner se reunió con Augusto Marini, quien es socio d Daniel Parisini, conocido popularmente como “el gordo Dan”.
Para entender cómo Máximo y Marini llegaron a juntarse hay que poner las cosas en contexto y como una cosa fue llevando a la otra.
En primer lugar, Máximo Kirchner estaba como invitado en el canal de streaming Blender. Allí, le dio una entrevista a Tomás Rebord. Hasta ahí, nada del otro mundo.
La cuestión es que Blender es propiedad de un joven y misterioso empresario llamado Augusto Marini, de estrechos lazos con el jefe político de la provincia de Misiones, Carlos Rovira y también tendría cierta cercanía con Facundo Moyano, todos hombres del peronismo.
Sin embargo, Marini es dueño de otros emprendimientos audiovisuales, como el canal Carajo, donde es socio nada más y nada menos que del Gordo Dan.
Cómo fue el encuentro con Máximo Kirchner
Quienes conocen a Marini aseguran que no es muy amigo de estar delante de cámara y menos aún, de visitar los medios que posee. Sin embargo, el día de la entrevista al líder de La Cámpora (casualmente o no), estaba detrás de cámaras observando todo con minuciosidad.
Lo llamativo sucedió al final la larga entrevista al hijo de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Una vez terminada la misma, Marini saludó a Máximo y quedaron a solas en una reunión que no se sabe si fue producto de la casualidad o si estuvo premeditada.
Lo que dialogaron ambos quedó entre cuatro paredes y sólo ellos lo saben. ¿Le habrá pedido que se presente en el programa que conduce su socio “El Gordo Dan” en Carajo?. Solo ellos saben que pudo haber salido de ese misterioso encuentro.