El presidente Javier Milei canceló su viaje a Tucumán previsto para la noche del lunes, debido a las malas condiciones climáticas que afectan a gran parte del país. La decisión se tomó por la intensa niebla, que complicó la operatividad aérea y obligó a suspender varios vuelos comerciales.
Según confirmaron fuentes oficiales a Infobae, el mandatario tenía previsto partir cerca de las 21:00 y regresar durante la madrugada. Sin embargo, las dificultades para garantizar un retorno seguro motivaron la suspensión del traslado presidencial.
El acto en Tucumán, organizado como una vigilia por el Día de la Independencia, iba a contar con un grupo reducido de gobernadores, en un contexto de tensión política entre las provincias y el Gobierno nacional. La presencia de Milei en la ceremonia había sido anunciada como un gesto simbólico y político, en medio del debate por la firma de un nuevo pacto fiscal.
“La decisión se tomó en base a informes de Casa Militar y de la Fuerza Aérea Argentina que desaconsejaban volar en estas condiciones”, explicó el vocero presidencial, Manuel Adorni, a través de un comunicado publicado en X.
El evento en Tucumán no solo tenía un carácter institucional por el Día de la Independencia, sino también una fuerte carga política: iba a ser la primera vez que Milei se reuniera con algunos gobernadores tras semanas de tensión por los fondos coparticipables y otras disputas fiscales.
A pesar de los esfuerzos de la Casa Rosada y la gobernación tucumana para organizar la ceremonia, solo cuatro mandatarios provinciales habían confirmado su asistencia: Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Carlos Sadir (Jujuy).
El contraste con la postal de un año atrás, cuando 18 gobernadores firmaron junto a Milei el fallido Pacto de Mayo, fue notorio. En este contexto, varios mandatarios argumentaron problemas de transporte por la niebla o priorizaron actividades en sus provincias.
Mientras tanto, en el Congreso avanza el debate de dos proyectos impulsados por las provincias: uno para distribuir de forma automática los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y otro para modificar el reparto del impuesto a los combustibles. Dos iniciativas que reflejan la tensión vigente entre las jurisdicciones y el Ejecutivo nacional.