Ozzy Osbourne, ícono indiscutido del heavy metal y fundador de Black Sabbath, falleció a los 76 años. La noticia fue confirmada por su familia mediante un comunicado publicado en la noche del martes, en el que aseguraron que el artista murió “rodeado de amor”.
El mensaje, firmado por Sharon, Jack, Kelly, Aimee y Louis Osbourne, pidió respeto por la privacidad del entorno en este difícil momento: “Con una tristeza mayor de la que las palabras pueden expresar, debemos informar que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estuvo acompañado de su familia y rodeado de amor”.
La muerte del cantante británico se produjo apenas días después de su última aparición pública, durante un multitudinario concierto en Villa Park, Birmingham, donde compartió escenario con los miembros originales de Black Sabbath.
La reunión fue concebida como un homenaje final, descrita por la prensa como “el mayor espectáculo de heavy metal de la historia”. Allí, Osbourne interpretó cinco canciones emblemáticas y fue ovacionado por miles de fanáticos. Durante el show, incluso fue testigo de un momento íntimo y familiar: la propuesta de matrimonio de Sid Wilson a su hija Kelly.
Desde hacía años, el llamado “Príncipe de las Tinieblas” había enfrentado serios problemas de salud. En 2020, reveló públicamente su diagnóstico de Parkinson, enfermedad que lo obligó a alejarse de los escenarios. Aquella última presentación fue también su despedida oficial, como él mismo lo había anticipado.
Nacido como John Michael Osbourne en Birmingham en 1948, su camino hacia la fama no fue sencillo. Tras abandonar la escuela a los 15 años, tuvo múltiples empleos y vivió una juventud turbulenta que incluyó un arresto por robo.
Todo cambió en 1963, cuando escuchó “She Loves You” de The Beatles, hecho que lo inspiró a dedicarse a la música. Su primera experiencia fue con la banda Rare Breed, junto a Geezer Butler. Poco después, ambos se unieron a Tony Iommi y Bill Ward para formar Polka Tulk Blues, que luego adoptaría el nombre que cambiaría la historia del rock: Black Sabbath.
Con su primer disco homónimo en 1970, la banda irrumpió en la escena con un sonido oscuro, guitarras pesadas y letras cargadas de simbolismo. La voz de Ozzy se volvió el sello distintivo del grupo. Temas como “Paranoid”, “Iron Man” y “War Pigs” marcaron una era, aunque los excesos y conflictos internos provocaron su salida en 1978.
Tras su partida, inició una exitosa carrera como solista, impulsada por el disco Blizzard of Ozz (1980), que incluyó el clásico “Crazy Train”. Con la gestión de Sharon Arden —su futura esposa— y el apoyo de Don Arden, Osbourne construyó un personaje que combinaba oscuridad, teatralidad y carisma. Escándalos como morder la cabeza de un murciélago en vivo cimentaron su imagen y lo convirtieron en leyenda.
En los años noventa anunció un primer retiro, aunque regresó con el festival Ozzfest, que revitalizó el metal para nuevas generaciones. En 1999 volvió a reunirse con Black Sabbath y ganaron el Grammy por “Iron Man”. Repitieron el éxito en 2013 con “God Is Dead?”, incluido en el disco 13.
Su figura trascendió la música. En 2001, el reality The Osbournes, emitido por MTV, ofreció una mirada íntima de su vida familiar y atrajo a millones de televidentes. Su esposa Sharon, y sus hijos Kelly y Jack, se convirtieron en celebridades por derecho propio.
Su última actuación, rodeado de los suyos y acompañado por bandas como Metallica y Guns N’ Roses, fue su “última reverencia”. Desde el trono en el que actuó, se despidió del público con una frase que resume su legado: “No tienen idea de cómo me siento, gracias desde el fondo de mi corazón”.