En medio de una creciente tensión en el mercado cambiario y con el dólar escalando a paso firme, el Gobierno nacional recibió una bocanada de oxígeno: el Fondo Monetario Internacional aprobó la primera revisión del programa acordado en abril y, con ella, habilitó un nuevo desembolso por US$2000 millones.
La noticia fue confirmada por el ministro de Economía, Luis Caputo, quien busca frenar la volatilidad del tipo de cambio y sumar reservas al Banco Central en un escenario donde la incertidumbre política y económica se entrelazan. Con esta inyección de fondos, el FMI ya lleva girados US$14.000 millones, es decir, el 70% del total previsto en el acuerdo.
Nuevas metas
El programa contempla un último giro importante, de US$1000 millones hacia fines de 2025, mientras que entre 2026 y 2029 se prevé una serie de transferencias menores, de unos US$500 millones cada una, siempre supeditadas al cumplimiento de metas macroeconómicas.
La última escalada del dólar, con una suba de más de $80 en el mercado minorista y $84 en el mayorista, encendió alarmas dentro del Gobierno. Según fuentes oficiales, esta presión se explica por una combinación de factores: la caída en la liquidación de divisas del campo tras la cosecha gruesa, un exceso de pesos luego de la última licitación del Tesoro y el vencimiento de las LEFI, y una dosis importante de incertidumbre política preelectoral.
Caputo no dudó en ponerle nombre a esa amenaza: “el riesgo kuka”, como él mismo lo definió en un streaming reciente. Aún así, se mostró confiado en que el tipo de cambio "flota libremente" y que el Banco Central solo interviene cuando se tocan los extremos de la banda cambiaria.
En este contexto de fragilidad, el FMI flexibilizó una de las exigencias clave del acuerdo: la meta de acumulación de reservas netas. Aunque la Argentina no logró alcanzar el objetivo fijado para mediados de junio, el organismo decidió no aplicar penalizaciones. En cambio, redefinió el objetivo para fin de año, que pasó de US$2400 millones positivos a US$2600 millones negativos, lo que representa un alivio de US$5000 millones en la exigencia original.
El largo camino hacia 2029
Más allá de este alivio puntual, el compromiso con el FMI sigue en pie. Según el cronograma actualizado, la Argentina deberá alcanzar US$22.900 millones de reservas netas para el último trimestre de 2027, en una carrera que promete ser larga y cuesta arriba.
Además, el Fondo reordenó el calendario de revisiones del programa, que se ajustó a un esquema semestral. Las fechas clave serán:
23 de enero de 2026: segunda revisión
31 de julio de 2026: tercera revisión
31 de enero de 2027: cuarta revisión
31 de julio de 2027: quinta revisión
31 de enero de 2028: sexta revisión
31 de julio de 2028: séptima revisión
31 de enero de 2029: octava y última revisión
Mientras tanto, el Gobierno intenta aferrarse a cada señal de respaldo externo para contener los desequilibrios y sostener una narrativa de orden en medio del desconcierto. Pero el margen es estrecho, y el verdadero examen se jugará en casa: en la calle, en el mercado y más temprano que tarde, en las urnas.