La Universidad de Buenos Aires (UBA) amaneció este lunes con sus aulas vacías. Docentes y no docentes, agrupados en ADUBA, APUBA, FEDUBA y UTE-CTERA Universitarios, cumplen un paro de 24 horas en reclamo de una recomposición salarial, lo que retrasa el inicio del segundo cuatrimestre.
La protesta no quedará allí. El martes, informó NA, los trabajadores universitarios realizarán actividades de visibilización en facultades, institutos y hospitales universitarios, con clases públicas, radios abiertas y charlas informativas para exponer la situación crítica que atraviesa el sector.
El secretario general de ADUBA, Emiliano Cagnacci, advirtió que “el Gobierno no escucha y continúa asfixiando a los trabajadores universitarios, cuyos salarios están mayoritariamente bajo la línea de pobreza”.
Cagnacci cuestionó la falta de un plan oficial que incluya educación, ciencia y salud, y defendió la importancia de mantener una universidad pública y gratuita de calidad. También remarcó que la aprobación definitiva del proyecto de Ley de Financiamiento Universitario (que ya cuenta con media sanción en Diputados) podría dar un respiro al sistema.
El dirigente pidió a los senadores que conviertan la norma en ley y advirtió que, si el Ejecutivo decide vetarla, los gremios evaluarán nuevas medidas de fuerza.
La tensión entre el Gobierno y el sector universitario se profundiza, y el inicio del ciclo académico queda marcado por la incertidumbre y la protesta.
La UBA como referencia regional
En este escenario, la Universidad de Buenos Aires volvió a destacar en el escenario internacional al figurar entre las 100 mejores universidades del mundo, según el último ranking global elaborado por Quacquarelli Symonds (QS). En la edición 2025, la UBA se ubicó en el puesto 84°, consolidándose como la única institución latinoamericana presente en ese segmento de élite, aunque cayó 13 lugares respecto al año anterior.
En Argentina, la UBA se destacó por la reputación entre académicos y empleadores, pero sobre todo por los “resultados de empleo”: en ese indicador ocupó el puesto 12 global. “Produce graduados altamente cualificados y preparados para el trabajo”, indicó el comunicado de QS. Desde la casa de estudios atribuyen que la baja de lugares en el ranking se debe al ajuste presupuestario, en particular al impacto de los recortes en investigación, un área crítica para el posicionamiento académico global.