Cristian Graf, el principal sospechoso del asesinato de Diego Fernández Lima, exhibió el lugar de la casa de Coghlan donde encontraron los restos de la víctima. Cabe destacar que es el dueño del hogar.
“El cuerpo apareció abajo de la ligustrina cuando estaban haciendo las excavaciones, cuando estaban haciendo la medianera”, dijo Graf en diálogo con TN, mientras señalaba una “pared nueva”. Luego, remarcó que los restos se encontraron debajo de esa medianera, "en la obra de al lado".
También mostró que al pie de la pared que señaló, puso plantas nuevas "después del hallazgo", según indicó al medio. "Los arquitectos hicieron toda la pared nueva, la revocaron y lo único que hice fue pintar, puse tierra en el hueco”, explicó a la vez que mostraba un punto en el fondo de su jardín.
Sobre la razón de la aparición del cuerpo en ese lugar, Graf expresó que no sabe por qué fue, y añadió: "Descarto la posibilidad de que haya sido mi papá, ni se me ocurriría eso”. Además, respecto a su vínculo con el adolescente fallecido, mencionó que este jamás fue a su casa, "ni a hacer un trabajo, ni nada".
Asimismo, insistió en que “lo único que lo liga con Diego Fernández” es que “compartieron un año en el colegio”. De hecho, aseguró que no recuerda ni a él ni el momento de su desaparición. “Todo fue al lado, nadie de la familia fue. Cómo pasó, no sé. Tengo la conciencia limpia, mi familia tiene la conciencia limpia y con eso basta”, cerró.
Cómo vivió Cristian Graf el hallazgo de los restos
El dueño de la casa negó haber estado presente cuando encontraron los restos de Fernández Lima. “Yo estaba trabajando y me llama mi hermana y me dice no sabes lo qué pasó. Ella vive en el sur, pero justo en ese momento habían operado a mi mamá de la rodilla. Me dicen que había tocado el timbre el arquitecto, que habían encontrado huesos humanos”, detalló.
Ese día, un grupo de obreros halló los huesos del adolescente fallecido junto a un reloj Casio con calculadora fabricado en 1982, un llavero naranja con una llave, un corbatín de colegio, una moneda de 5 yenes y la suela de un calzado 41.
Cristian Graf siguió relatando: “El arquitecto pensaba que podía ser un familiar. Mi hermana le dice que nada que ver, entonces agarró y llamó a la policía. Yo vine de trabajar, eran las 15.45 y después vi a todos los policías. Quise ir a ver dónde habían encontrado los huesos, pero no nos dejaron pasar. No entendía nada, no tenía razón de ser”.
