Julieta Silva, la mujer denunciada por violencia por su marido Lucas Giménez, rompió el silencio desde su prisión domiciliaria en Mendoza para contar su versión de los hechos. Cabe recordar que en 2017 ella fue condenada por atropellar y matar a su novio Genaro Fortunato.
En una entrevista con Telenoche (eltrece), Silva aseguró que vivió “permanentemente amenazada y chantajeada” por Giménez durante los casi cuatro años que estuvieron en pareja. Según sus palabras, él utilizaba su pasado judicial, y hasta videos íntimos, para extorsionarla.
De hecho, afirmó que no podía separarse porque él la amenazaba con mostrarle a sus hijos grabaciones de ella desnuda, llorando o discutiendo. "En una ocasión me arrodillé para pedirle que borrara esos videos”, expresó.
En un principio, Giménez era un refugio para ella en medio del dolor que atravesaba luego de la muerte de Fortunato. Sin embargo, con el tiempo, el vínculo se volvió "controlador, tóxico y humillante", de acuerdo a su relato. A modo de ejemplo, Silva indicó que él la grababa a escondidas cuando estaba en la ducha.
Otro ejemplo de humillación que mencionó fue en un festejo de cumpleaños de Giménez, para demostrar que el maltrato también era en público, conforme a su testimonio. “Yo estaba limpiando y él me tiraba las copas en el piso para que volviera a limpiar, me tiraba hielo en la cabeza y me insultaba delante de sus amigos”, relató.
También aseguró que Lucas la amenazaba con quitarle a la hija que tienen en común y la presionaba con cuestiones económicas. Asimismo, afirmó que la denuncia que la mantiene detenida con tobillera electrónica fue otra forma de manipulación, ya que él sabía que con su antecedente penal, ella "tenía más para perder".
Julieta además declaró que, en la causa, no se tuvieron en cuenta una serie de denuncias por violencia de género que hizo en el último año contra su esposo. “Me lo dijeron en la cara: ‘Tus denuncias van a ser archivadas’. Y así fue. En cambio, cuando él me denunció a mí, me dictaron prisión domiciliaria”, opinó.
Sus declaraciones sobre el caso de Genaro Fortunato
En el reportaje, Silva también habló sobre el caso que la condenó. “Yo no soy la misma desde esa noche. Me bajé del auto y no entendía qué había pasado. Convivo con esa imagen todos los días”, expresó, con la voz quebrada.
A pesar de que ya cumplió la pena de tres años y nueve meses que le había dado la Justicia, dijo que el estigma social nunca la abandonó: "Sigo siendo ‘la asesina’. Mis hijos crecieron con ese rótulo”.
Sin embargo, sostuvo: "No soy solo el error que cometí aquella noche con Genaro”. También dice ser una madre "muy dedicada, protectora, trabajadora" y que tiene padres, hermanas y amigas que la acompañan.
Finalmente, se refirió a su futuro inmediato: “Es peor que antes. Piden muerte para mí, castigos, cosas terribles. No sé cómo se sigue, pero tengo que continuar por mis hijos”, manifestó.