Las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires marcaron una victoria contundente para Fuerza Patria, el espacio político liderado por Axel Kicillof. Con el 82% de las mesas escrutadas, la fuerza oficialista alcanzó un 46,9% de los votos, asegurándose la mayoría de bancas tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado provincial.
En detalle, Fuerza Patria obtendrá 21 de los 46 escaños en disputa para diputados y 13 de las 23 bancas en juego en el Senado, consolidando así un control sólido sobre la Legislatura bonaerense.
El segundo lugar fue para La Libertad Avanza, que logró un 33,8% de los sufragios. Esta fuerza política se convirtió en la principal oposición dentro del distrito más poblado del país, con 18 bancas en Diputados y 8 en el Senado. Más atrás quedaron Somos Buenos Aires, con un 5,4% y 4 escaños en total, y el Frente de Izquierda Unidad, que alcanzó un 4,3% y 2 bancas. Las demás fuerzas no superaron el umbral necesario para ingresar a la Legislatura.
El desempeño de Fuerza Patria fue especialmente destacado en la Primera y Tercera Sección electoral, donde consiguió la mayoría de los escaños. En la Tercera sección, que concentra buena parte del conurbano sur, Fuerza Patria se quedó con 10 de los 18 diputados en disputa, mientras que La Libertad Avanza logró 6. En la Primera sección, que abarca municipios del norte y oeste del conurbano, el oficialismo obtuvo 5 bancas frente a 3 de los libertarios.
Por su parte, en el Senado el reparto también mostró un patrón similar. La Séptima sección fue ganada en su totalidad por Fuerza Patria, mientras que en la Quinta sección la ventaja fue para La Libertad Avanza. En la Sexta sección y en la Capital electoral, la competencia fue más pareja entre ambas fuerzas.
El recorrido del día
La jornada electoral transcurrió con normalidad y alcanzó una participación del 63,2% del padrón en Buenos Aires. El mapa provincial refleja una predominancia del color celeste de Fuerza Patria en la mayoría de los distritos, con áreas violetas donde La Libertad Avanza se consolidó como segunda fuerza.
Este triunfo para el oficialismo bonaerense no solo fortalece la gestión de Axel Kicillof, sino que también lo posiciona como un actor clave en la oposición al proyecto libertario a nivel nacional, en un contexto político marcado por tensiones internas en el espacio libertario, escándalos de corrupción y desafíos económicos.
