En una operación de alto riesgo, el Servicio Secreto de Estados Unidos anunció este martes que logró desmantelar una red compuesta por más de 100.000 tarjetas SIM que representaban una amenaza directa para la infraestructura de telecomunicaciones de Nueva York. El despliegue se realizó en un radio de 56 kilómetros de la sede de la Asamblea General de Naciones Unidas, donde esta semana se reúnen líderes de todo el mundo.
Según el comunicado oficial, los dispositivos no solo permitían realizar amenazas telefónicas anónimas, sino que podían ser utilizados para ejecutar ataques de gran escala, como la desactivación de torres de telefonía celular. “No se puede exagerar el potencial de interrupción de las telecomunicaciones de nuestro país que representa esta red de dispositivos”, advirtió el director del Servicio Secreto, Sean Curran, citado por el diario británico The Guardian.
La Asamblea de la ONU
El operativo se concretó poco antes del discurso del presidente Donald Trump ante la Asamblea General, lo que elevó el nivel de alerta. “Teniendo en cuenta el momento, la ubicación y el potencial de interrupción significativa que representaban estos dispositivos, la agencia actuó rápidamente para interrumpir esta red”, explicó el comunicado.
Un funcionario que participó en la investigación, bajo condición de anonimato, reveló que la red tenía capacidad para enviar hasta 30 millones de mensajes de texto por minuto sin revelar la identidad del remitente, una operación de escala inédita en el país.
Aunque no se encontró evidencia directa que vincule el sistema con una amenaza específica contra el evento de la ONU, los investigadores confirmaron que la red ya no está activa. “La misión de protección del Servicio Secreto se centra en la prevención, y esta investigación deja claro a los posibles actores maliciosos que las amenazas inminentes serán investigadas, localizadas y desmanteladas de inmediato”, insistió Curran.
El caso se mantiene bajo investigación. Por el momento, no se han revelado detalles sobre el origen de los dispositivos ni sobre los responsables detrás de la operación. Pero el hallazgo refuerza la política de seguridad preventiva que el Servicio Secreto despliega en eventos internacionales de alto perfil, especialmente cuando involucran la presencia del presidente estadounidense.
En un contexto global marcado por la sofisticación de las amenazas digitales, el operativo en Nueva York deja al descubierto un nuevo frente de vulnerabilidad: el uso masivo y anónimo de tecnología móvil como herramienta de sabotaje. Y confirma que, en la era de las telecomunicaciones, la seguridad nacional también se juega en el espectro invisible de las señales.