Por segundo día consecutivo, los trenes que operan en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) circulan a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora debido a una medida de fuerza impulsada por el gremio La Fraternidad.
En contraste, la línea Roca, que conecta el sur del conurbano con la estación Constitución, continúa funcionando con normalidad. La protesta, que comenzó ayer, tiene como principal reclamo la reapertura de las negociaciones paritarias y la mejora de las condiciones laborales, además de exigir mayores medidas de seguridad ante el "mal estado de las vías y del material rodante".
Desde Trenes Argentinos informaron que la medida "afecta a más de un millón de pasajeros que utilizan los trenes cada día para trasladarse a sus trabajos o regresar a sus hogares". La reducción en la velocidad del servicio provoca retrasos significativos que pueden derivar en la acumulación de usuarios en los andenes y una mayor saturación de otros medios de transporte, especialmente colectivos, en busca de alternativas para llegar a tiempo a sus destinos.
Un pasajero manifestó su frustración a un programa televisivo: “De San Antonio de Padua a Liniers tardé una hora. Es un viaje de 25 o 30 minutos. Que tomen otra medida, siempre contra los laburantes”.
Ante esta situación, la Secretaría de Trabajo convocó para hoy una reunión a las 17 horas entre representantes del sindicato La Fraternidad, Trenes Argentinos y el organismo estatal, con el objetivo de encontrar una solución al conflicto. Además, esta mañana a las 10 horas se había realizado una audiencia previa para intentar destrabar la disputa salarial.
El impacto de la protesta se extiende a las líneas Mitre, San Martín, Sarmiento, Urquiza y Belgrano Sur, que operan con demoras y cancelaciones. En todas ellas, excepto en la línea Roca, el servicio funciona "a reglamento", lo que implica que la velocidad máxima permitida no supera los 30 kilómetros por hora.