La imagen del presidente Javier Milei junto a la presidenta de Kosovo, Vjosa Osmani, durante su estadía en Nueva York, encendió una fuerte controversia en el ámbito diplomático y de redes sociales. La fotografía, la primera de un encuentro de este tipo, generó críticas inmediatas de la oposición y de especialistas en geopolítica, quienes advierten una contradicción directa con el histórico reclamo de soberanía argentina sobre las Islas Malvinas.
El eje del conflicto radica en la postura histórica de Argentina: desde 2008, el país no reconoce la independencia unilateral de Kosovo (territorio que se desmembró de Serbia) en defensa del principio de integridad territorial. Romper con este principio afectaría la base del reclamo argentino ante el Reino Unido por las Malvinas.
Kosovo en Malvinas
La situación se agrava al considerar la activa colaboración militar entre Kosovo y el Reino Unido. Se ha documentado que la asamblea kosovar mantiene un acuerdo con Londres para incorporar efectivos de su Fuerza de Seguridad (KSF) a la unidad británica que rota en el Atlántico Sur, la Roulement Infantry Company (RIC).
Este acuerdo implica el despliegue de militares kosovares en las Islas Malvinas con fines de entrenamiento y apoyo, un hecho que gobiernos anteriores habían repudiado sistemáticamente por ser contrario a los intereses nacionales. La cuenta especializada Rattenbach fue categórica: "Argentina no reconoce a Kosovo como un país independiente. Para colmo, Kosovo mandó tropas este año a Malvinas para hacer ejercicios militares con los que ocupan nuestro territorio."
El exsecretario de Malvinas, Guillermo Carmona, calificó el hecho como "extremadamente grave" y una abierta contradicción con la posición histórica del país. Ante el revuelo, diversas fuentes en la Casa Rosada y la Cancillería buscaron minimizar el incidente. Las versiones van desde un "serio error diplomático" de la representación argentina en la ONU, hasta un simple descuido por "falta de información". Otros especulan que el gesto pudo haber sido una maniobra para agradar al expresidente Donald Trump, cuyo país sí reconoce a Kosovo.
Es extremadamente grave que @JMilei se haya prestado a una foto (¿y mantenido una reunión?) con quien invoca ser presidenta de un entidad que Argentina no reconoce como Estado, en contradicción con nuestra posición respecto de la integridad territorial en la cuestión #Malvinas. https://t.co/Qio365RMUE
— Guillermo Carmona (@grcarmonac) September 28, 2025
Esta polémica se suma a la reciente y también controversial declaración de Milei sobre la posibilidad de que los isleños decidan su futuro, lo que contraviene la Constitución Nacional.
La nota de controversia aumenta al considerar otros movimientos diplomáticos recientes del Gobierno. Mientras se generaba el escándalo por Kosovo, el Gobierno de Milei protestó contra la exploración petrolera que realiza la empresa israelí Navitas en aguas disputadas de Malvinas.
Fuentes afirman que este reclamo petrolero podría ser una maniobra de compensación para balancear la extrema cercanía de Milei con Benjamín Netanyahu, más que un gesto de peso en la causa Malvinas. La situación actual, con un saludo histórico y polémico, plantea serios interrogantes sobre la coherencia de la política exterior argentina en uno de sus reclamos soberanos más sensibles.