En el distrito más poblado del país, donde cada voto pesa como en ningún otro lugar, el PRO decidió dar un paso al costado. A pocos días de las elecciones legislativas, el partido de Mauricio Macri se retiró por completo del operativo de fiscalización en La Matanza, dejando a La Libertad Avanza (LLA) sin respaldo logístico en un territorio clave del conurbano bonaerense.
La decisión se tomó en medio de acusaciones cruzadas por el manejo de fondos destinados al control electoral. “Podríamos haber puesto mil fiscales, pero hay manejos poco transparentes de LLA”, afirmaron desde el PRO local a TN, que dio de baja a toda su estructura de fiscalización.
Dinero, desconfianza y ruptura
El detonante fue la coordinación del operativo en el distrito. Desde el PRO apuntan contra Luis “El Negro” Ontiveros, diputado provincial electo por LLA y responsable del armado local, a quien acusan de intentar reducir la cantidad de fiscales para quedarse con parte del presupuesto.
La tensión escaló el viernes pasado, cuando referentes del macrismo comenzaron a denunciar públicamente irregularidades. Desde entonces, las conversaciones entre ambos espacios se cortaron por completo. En el PRO aseguran que la relación ya venía deteriorada desde las elecciones del 7 de septiembre, cuando —según denuncian— hubo graves fallas en el control de votos, ausencia de fiscales y opacidad en el uso de fondos.
El diputado nacional Alejandro Finocchiaro, referente del PRO en La Matanza, busca renovar su banca en la lista compartida con LLA. Pero la ruptura podría afectar la performance de la alianza en un distrito históricamente peronista, donde el control de las urnas es clave.
El PRO había ofrecido su red de militantes para reforzar la fiscalización, pero desde el entorno libertario rechazaron la propuesta y decidieron manejar el operativo de forma exclusiva. En LLA niegan las acusaciones y aseguran que se trata de una maniobra política. En el PRO persisten las dudas sobre cómo se garantizará la fiscalización en uno de los territorios más difíciles del país. “Sin control en las mesas, no hay forma de asegurar un resultado limpio”, advierten.