El presidente Javier Milei ha sostenido enfáticamente que el futuro del peso será de apreciación, argumentando que a la Argentina "le van a salir dólares por las orejas" gracias al despegue de sectores exportadores estratégicos. Esta visión encuentra un sólido respaldo en las cifras recientes del sector energético, que ha pasado de registrar déficits históricos a impulsar un superávit comercial que redefine el horizonte económico del país.
Según un informe detallado de la consultora Economía y Energía, dirigida por Nicolás Arceo, la balanza comercial energética acumuló hasta septiembre de 2025 un superávit de USD 5.368 millones, marcando un crecimiento interanual del 45%. Este resultado es crucial, ya que el sector de combustibles y energía explica casi el 90% del resultado positivo total de la balanza comercial de bienes, que en ese período fue de USD 6.030 millones. El informe detalla que este salto se debe a un aumento del 13% en las exportaciones y una drástica reducción del 21% en las importaciones, con el crudo liderando la mejora en volumen de ventas al exterior.
Exportaciones millonarias en camino

La promesa de un aluvión de divisas no es solo coyuntural, sino estructural. El hito reciente más importante es la finalización de la última soldadura del oleoducto Vaca Muerta Sur, la principal obra de infraestructura de transporte de petróleo del país. Este oleoducto permitirá exportar, a partir de 2027, más de USD 15.000 millones anuales a valores actuales, según proyecciones del sector.
Esta cifra se complementará con los ambiciosos proyectos de exportación de gas natural licuado (GNL) que están en desarrollo y que, según Rystad Energy, alcanzarán su máxima capacidad a fines de la próxima década. Proyecciones sectoriales indican que el GNL podría sumar más de USD 30.000 millones anuales para 2030. Estos flujos consolidan a Vaca Muerta como el mayor emprendimiento de hidrocarburos no convencionales fuera de Norteamérica, según Wood Mackenzie.
La coyuntura global favorece la posición argentina. La transición energética impulsa la demanda de gas y minerales esenciales como el litio y el cobre, donde el país posee grandes reservas. Adicionalmente, el panorama político tras la victoria del oficialismo en las legislativas impulsó el retorno de capitales. La semana pasada, YPF cerró dos operaciones externas por USD 1.200 millones para acelerar el desarrollo de GNL, y Tecpetrol obtuvo USD 750 millones a través de un bono.
Este flujo de financiamiento internacional, sumado al torrente de dólares por energía y el aporte de la agroindustria y la minería, redefine el horizonte cambiario y fiscal. La magnitud del ingreso de divisas se vuelve un elemento estratégico para que el Tesoro pueda afrontar los compromisos de deuda y consolidar la estabilidad en la plaza local.



