El Gobierno argentino avanza en la profundización de su cooperación militar con Estados Unidos, preparándose para la llegada de los aviones F-16 y la recepción de personal de la Fuerza Aérea estadounidense. Para ello, se implementará un protocolo secreto que regirá a los agentes que operen estas aeronaves, acompañado de un régimen de seguridad más estricto impuesto por los instructores norteamericanos.
Desde el Ministerio de Defensa indicaron que estará prohibido que los pilotos compartan imágenes de los ejercicios a través de redes sociales y que se adoptarán medidas rigurosas para preservar la identidad de los participantes. Entre estas, se utilizarán uniformes sin detalles identificativos para evitar ser blanco de servicios de inteligencia extranjeros.
Entrenamiento y bases operativas: Los pilotos argentinos ya están en proceso de formación en Estados Unidos y Dinamarca. Los F-16 serán alojados en la base aérea de Río Cuarto, Córdoba, cuya pista ya fue rehabilitada, mientras que la base de Tandil estará operativa a partir de 2026.
Además, la Casa Rosada analiza la posibilidad de sumarse a un operativo estadounidense contra el narcotráfico en el Caribe. Este contacto formal entre el ministro de Defensa, Luis Petri, y el secretario de Guerra de EE.UU., Pete Hegseth, surge en paralelo a la participación del destructor ARA en el ejercicio “Unitas” en Estados Unidos. Desde el Gobierno subrayan que las fuerzas argentinas requieren capacitación previa para integrarse a dicho operativo.
El Ejecutivo persigue obtener la condición técnica de las fuerzas estadounidenses mediante ejercicios conjuntos realizados en Puerto Belgrano, Ushuaia y Mar del Plata. Estas maniobras, que comenzaron en octubre y se extenderán hasta este sábado, incluyen abordajes a buques con buzos tácticos, desembarcos en playas y operaciones en terrenos rurales y urbanos junto a la infantería de la Armada. En este marco, reconocen que “ellos traen armas y equipamiento propio”.
En cuanto a la seguridad interna, se preparan cambios en la Casa Militar y modificaciones en la seguridad de la Casa Rosada.
Los ejercicios abarcan a las agrupaciones de Comandos Anfibios (APCA) y Buzos Tácticos (APBT), con hasta 40 efectivos equipados con armamento individual. También se despliegan un Patrullero Oceánico tipo A.R.A. “Bouchard” con 60 efectivos, una Lancha Rápida tipo A.R.A. “Indómita” con 37 efectivos y un helicóptero SH-3 Sea King con su tripulación de 15 personas.
Por su parte, Estados Unidos participa con unidades de la Naval Special Warfare (NSW), conocidos como comandos SEALs, con hasta 30 efectivos. Los ejercicios combinan prácticas de inserción marítima, extracciones, infiltración en terreno costero y coordinación entre flotas en escenarios que simulan conflictos y rescates en áreas de difícil acceso.
El Gobierno también apunta a fortalecer el patrullaje de los límites marítimos y fronterizos argentinos para combatir la pesca ilegal por parte de buques extranjeros. En paralelo, la Fuerza Aérea tiene previsto para este jueves el lanzamiento del cohete sonda MET 2-SO “CRUX” desde el CELPA II Atlántico, ubicado en Mar Chiquita.



