Tres barcos del Puerto Caleta Paula, ubicado en la localidad de Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz, se hundieron a causa del fuerte oleaje generado por las violentas ráfagas de viento que azotaron la Patagonia argentina.
Los responsables de la Unidad Ejecutora Portuaria de Santa Cruz (UNEPOSC) informaron que las embarcaciones -Yakisa, Barracuda y Alborada, de la Flota Amarilla- habían sucumbido ante la fuerza del temporal. En un comunicado publicado por el organismo estatal, subrayaron que "las condiciones meteorológicas fueron determinantes en el hundimiento".
Si bien no se reportaron heridos, debido a la magnitud de las pérdidas materiales, diversas agencias se coordinaron con el fin de controlar la emergencia y definir los pasos a seguir para intentar recuperar los barcos.
No obstante, en sus informes oficiales, la UNEPOSC advirtió que, por razones de seguridad, las maniobras tanto para evaluar como para eventualmente poner las naves en su posición original se realizarán cuando mejore el clima y los operarios puedan ingresar al puerto sin riesgo.
La severidad del evento meteorológico provocó contingencias que trascendieron lo marítimo. La conectividad vial interrumpida y las limitaciones en los servicios públicos generaron alteraciones en la rutina de la zona afectada, que llevan a repensar las capacidades de respuesta ante este tipo de situaciones.
Además, las consecuencias del temporal también impactaron sobre otras localidades, en las que se debieron reforzar los mecanismos de monitoreo y prevención. El nivel de alerta que hay en toda la provincia se ve reflejado tanto en la participación de Prefectura Naval en las operaciones como en la declaración del Comité de Operaciones de Emergencia (COE).
Consecuencias del fenómeno climático
Según la información difundida en las redes oficiales del gobierno provincial, el suministro eléctrico experimentó cortes por la caída de postes y cables, tanto en la propia Caleta Olivia como en Puerto Deseado, una ciudad de la provincia. Las empresas Transpa y Transener permanecieron en terreno para avanzar con las reparaciones, ante la posibilidad de nuevas eventualidades en otras localidades afectadas.
En rutas y caminos de la región, se restringió la circulación durante la mayor parte de la jornada. Las autoridades insistieron en la prohibición de traslados, así como en la restricción absoluta para vehículos particulares, camiones y transporte de larga distancia, con el fin de prevenir accidentes.
Quienes tenían previsto tomar vuelos en El Calafate experimentaron demoras y reprogramaciones. Las autoridades recomendaron a los usuarios manejarse con "máximos recaudos" por el estado de las rutas de acceso, aunque el aeropuerto mantenía sus servicios en condiciones cercanas a la normalidad.
El fenómeno, además, impactó especialmente en los centros urbanos cercanos al mar, donde hubo llamados a los servicios de emergencia debido a múltiples incidentes domésticos.
El gobierno provincial comunicó que solo en Caleta Olivia se registraron más de cien intervenciones por voladuras de techos y daños estructurales en viviendas. Esto obligó a desplegar cuadrillas de Protección Civil para asistir a las familias afectadas y coordinar evacuaciones en las áreas de mayor riesgo.
Asimismo, se envió parte del personal a la localidad de Las Heras con el propósito de ampliar el alcance de la ayuda en el contexto de un escenario regionalizado de emergencia climática.



