La relación entre la cúpula del Poder Ejecutivo y la vicepresidenta Victoria Villarruel vive un momento de quiebre absoluto. Fuentes del Gobierno relataron a Infobae un episodio de alta tensión en el Palacio del Congreso, previo a la ceremonia de jura de los 23 nuevos senadores nacionales.
Los funcionarios denunciaron que la conducción del Senado, a cargo de Villarruel, intentó activamente impedir el ingreso a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y al jefe de Gabinete, Manuel Adorni.
El bloqueo y la intervención de Bullrich
“Victoria no quería que fuéramos, pero no pudo evitarlo”, comentó una fuente inobjetable a Infobae. A pesar de la decisión de ambos funcionarios de asistir al acto, donde juraba Patricia Bullrich y diez senadores de La Libertad Avanza, encontraron "resistencias" para acceder al recinto, con reportes de que se habían cerrado "todos los ingresos internos desde diputados".
Ante esta situación, los altos funcionarios del Ejecutivo se comunicaron con la futura presidenta del bloque de La Libertad Avanza en el Senado, Patricia Bullrich. La respuesta de Bullrich fue contundente: "En última instancia, las Fuerzas de Seguridad responden a mí", asegurándoles el ingreso.
Finalmente, Karina Milei y Manuel Adorni entraron al Palacio del Congreso, custodiados por Bullrich. Minutos después, se ubicaron en un palco del primer piso junto a figuras clave de la tropa libertaria, como Eduardo “Lule” Menem y Sharif Menem. Por su parte, el entorno de Villarruel desmintió las acusaciones, declarando a Infobae no tener "constancia de ello".
Quiebre y conspiración
El vínculo entre la vicepresidenta y los hermanos Milei no tiene recupero, según alegan fuentes de Casa Rosada. En el Ejecutivo marcan que el Presidente posee pruebas de presuntas conspiraciones de su compañera de fórmula. Estas acciones, aseguran, buscaban planificar un proyecto nacional propio en el caso de que el libertario debiera dejar el mando anticipadamente. “Javier no suele perdonar ciertas cosas”, justificaron en el entorno presidencial.
La llegada de Bullrich al Senado tiene una misión clara: asegurar que se cumplan los designios de los hermanos presidenciales. Bullrich ya trabaja como la nueva jefa de bloque y encabezó las últimas reuniones, reafirmando que la reforma laboral será una prioridad para las sesiones extraordinarias, aunque la aprobación inmediata se vislumbra improbable. La definición del próximo presidente provisional del Senado aún se encuentra en suspenso.



