Axel Kicillof logró que la Legislatura bonaerense aprobara la Ley de Financiamiento que le permitirá tomar deuda por 3.685 millones de dólares, un requisito clave que había puesto como condición para avanzar en la negociación paritaria con gremios estatales, docentes y judiciales.
Tras una intensa y prolongada negociación que se extendió hasta la madrugada, la Cámara de Diputados dio finalmente el aval para que la Provincia pueda endeudarse. El proyecto había tenido un primer intento fallido el viernes anterior por falta de quórum, pero el oficialismo insistió con sesiones extraordinarias para destrabar la votación.
La discusión se complicó en torno a la redacción final del texto, especialmente en lo referente al Fondo para financiar a los municipios. Existían dudas, en particular de la Unión Cívica Radical, sobre la suma fija que se destinaría a los municipios, equivalente al 8% del total del endeudamiento. Finalmente, el acuerdo contempló que 250.000 millones de pesos serán entregados en cinco cuotas durante el primer semestre del próximo año, independientemente del ritmo de la emisión de deuda.
El presupuesto provincial para el año siguiente asciende a 43 billones de pesos, con un 58% destinado a salarios y un 18% para jubilaciones provinciales. Sin apoyo del gobierno nacional de Javier Milei, el margen para financiar obras y gastos administrativos era limitado, lo que hacía urgente la autorización para tomar deuda que también ayudará a amortizar dos vencimientos de deuda externa por casi mil millones de dólares en 2026.
Otro punto crucial en la negociación fue la conformación del directorio del Banco Provincia. Se acordó ampliar el directorio de 8 a 9 directores y crear 5 cargos de síndicos con voz pero sin voto. De estos cargos, seis serán para el oficialismo (incluyendo sectores como La Cámpora y el massismo) y tres para la oposición (representada por Marcelo Daletto, Matías Ranzini y Fernando Rozas). El radical Fernando Pérez intercambiará anualmente su lugar con Daletto.
Esta ampliación implicó modificar la Carta Orgánica del Banco, un decreto-ley vigente desde 1979, lo que requirió una ley separada aprobada también por la Legislatura. Kicillof resistió inicialmente esta medida pero terminó cediendo, lo que fue clave para destrabar la negociación.
En medio de la tensión, se produjo un episodio inédito cuando el intendente de San Nicolás, Santiago Passaglia, intentó reasumir su banca en Diputados para votar contra el acuerdo, pero fue impedido por el presidente de la Cámara, Alexis Guerrera, debido a incompatibilidades legales por ocupar dos cargos electivos simultáneamente. Passaglia protestó enérgicamente y luego se retiró. La Presidencia del cuerpo denunció que “un diputado intentó asumir por la fuerza”.
Finalmente, la aprobación en Diputados permitió que el Senado diera su aval en una sesión posterior, consolidando así la ley que autoriza a la Provincia a tomar deuda y que fue presentada como una herramienta fundamental para afrontar los desafíos financieros del próximo año.



