Cuando el calor aprieta, surge la duda recurrente: ¿es mejor prender el aire acondicionado o alcanza con un ventilador? La respuesta puede marcar una gran diferencia en el consumo de energía y en el monto final de la factura de luz.
Un equipo de aire acondicionado tipo “split” consume aproximadamente 1.000 vatios por hora (1 kWh) cuando trabaja a máxima potencia. En cambio, un ventilador común apenas utiliza cerca de 60 vatios por hora, lo que significa que consume más de 15 veces menos energía que el aire acondicionado.
Para ponerlo en perspectiva económica, si se usan durante 8 horas diarias, el aire acondicionado podría representar un gasto cercano a $2400 en ese periodo, mientras que el ventilador apenas rondaría los $160. La diferencia es abismal y puede sorprender a quienes no lo tenían en cuenta.
Por eso, entender cuándo conviene usar cada uno es clave para cuidar el bolsillo sin resignar el alivio frente al calor. El ventilador es ideal para momentos en los que el calor no es extremo o para refrescar ambientes cuando hay circulación de aire. En cambio, el aire acondicionado es más efectivo para bajar rápidamente la temperatura en días de calor intenso, aunque su uso debe ser moderado para evitar un consumo excesivo.
En definitiva, elegir entre aire acondicionado y ventilador no solo depende de la necesidad de enfriar, sino también de la conciencia sobre el gasto energético que cada uno implica.



