A pocos días de asumir oficialmente como ministro de Defensa, Carlos Presti ya comenzó a realizar movimientos estratégicos en el organigrama del área. Aunque aún no tomó posesión formal del cargo, logró posicionar a sus candidatos en puestos clave dentro de las Fuerzas Armadas y ahora dirige su atención hacia uno de los mayores desafíos que enfrentará a partir del 10 de diciembre: la crítica situación del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (IOSFA), la tercera obra social más grande del Estado.
Presti, teniente general y actual jefe del Ejército, tiene previsto solicitar en los próximos días su pase a disponibilidad, lo que le permitirá conservar su rango durante un máximo de seis meses según la normativa vigente. Así, mantendrá su jerarquía militar mientras asuma la cartera que dejará Luis Petri. Esta condición también le dará la posibilidad de nombrar formalmente a su sucesor, el general de división Oscar Zarich, quien será el nuevo jefe del Ejército.
Zarich, comandante actual de Adiestramiento y Alistamiento, pertenece a la misma promoción que Presti —la 118, egresada en 1987— y es considerado un hombre de confianza del futuro ministro. En su carrera, Zarich tuvo roles destacados, como integrar el primer contingente argentino de Naciones Unidas en Croacia en 1992, liderar la Base Antártica San Martín y desempeñarse en unidades de Chubut y Formosa. Según fuentes cercanas, el general manifestó: "Lo tomo como un desafío mayor, no puedo defraudarlo tratándose de él".
Otra designación que ayudó a calmar tensiones internas fue la del vicealmirante Marcelo Dalle Nogare, elegido para encabezar el Estado Mayor Conjunto. Su nombramiento responde a una demanda histórica de la Armada, que reclamaba mayor representación en ese puesto.
Sin embargo, el foco principal del ministro designado será la reestructuración integral del IOSFA, que atraviesa serias dificultades para garantizar sus servicios. Presti anticipó que una de sus primeras medidas será realizar una auditoría exhaustiva del organismo, seguida por una reforma profunda.
El plan de reforma contempla la división del IOSFA en dos entidades separadas: una destinada exclusivamente a las fuerzas de seguridad, que quedaría bajo la órbita del Ministerio de Seguridad, y otra dirigida al personal de Defensa. Con esta medida se busca ordenar la administración, optimizar la cobertura y responder a los continuos reclamos de los afiliados, quienes actualmente enfrentan demoras, falta de turnos y dificultades para acceder a tratamientos médicos.
