La tensión política y gremial en Argentina alcanzó un nuevo punto crítico este fin de semana tras el brutal ataque a la sede central del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio (Seivara), ubicada en el barrio porteño de San Telmo. El hecho, que incluyó la destrucción total de oficinas y el robo de sistemas de seguridad, ocurre a escasas 72 horas de la marcha federal convocada por la CGT en rechazo a la reforma laboral impulsada por el Gobierno Nacional.
Según informaron fuentes policiales al medio TN y del propio gremio, un grupo de personas logró sortear la seguridad del edificio ingresando a través de la terraza de una construcción lindera. Una vez dentro, los agresores desplegaron una logística minuciosa para asegurar la impunidad: lo primero que hicieron fue arrancar los cables y llevarse los servidores donde se almacenan las grabaciones de las cámaras de vigilancia.
Cómo fue el ataque
El ataque no fue un robo convencional. Durante horas, los atacantes recorrieron los ocho pisos del establecimiento ubicado en la Avenida Juan de Garay al 370, dedicándose a romper paredes, cuadros, computadoras y archivos de documentación. El foco principal de la violencia fue el despacho de Cristian Jerónimo, titular del gremio y uno de los secretarios generales de la CGT, cuya oficina quedó prácticamente en ruinas.
"Nos encontramos con una sede toda destruida. Llama la atención que esto suceda a días de la marcha", expresó Jerónimo ante la prensa, visiblemente afectado por el nivel de maldad detectado en el peritaje. "Rompieron paredes y arrancaron cables. Si hubiesen querido robar, no era necesario destrozar piso por piso. Esperamos que no sea un mensaje en tono mafioso", advirtió el dirigente, quien además vinculó directamente el hecho con el anuncio de la movilización a Plaza de Mayo realizado hace solo cuatro días.
La respuesta de la Confederación General del Trabajo (CGT) no se hizo esperar. A través de un comunicado oficial, la central obrera calificó el ataque como un acto "antidemocrático" y cargado de "mensajes de odio". Para la conducción sindical, resulta imposible desligar este vandalismo del contexto político actual.
"Resulta ingenuo creer que este hecho responde a un simple delito policial y no a un intento de amedrentamiento hacia todo el movimiento obrero en vísperas de la movilización de este jueves", rezaba el texto. La central exigió a la Justicia un esclarecimiento inmediato y subrayó que estas acciones solo logran "reforzar la unidad" de los gremios ante lo que consideran un retorno a "épocas oscuras" de la historia argentina.
Actualmente, la Policía Científica trabaja en el lugar recolectando huellas y rastros químicos, mientras la Comisaría 1° analiza cámaras externas de la zona para identificar a los responsables de un ataque que promete recalentar el clima social antes de la protesta del 18 de diciembre.
