La política y el fútbol se entrelazaron tras la consagración de Estudiantes de La Plata en el Torneo Clausura 2025. Javier Milei, confeso admirador de la escuela de Carlos Bilardo, celebró el triunfo del "Pincha" y lo utilizó como un ejemplo de meritocracia frente a las decisiones administrativas de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
El origen del conflicto: el pasillo de espaldas
El punto de quiebre ocurrió durante los octavos de final del torneo, cuando Estudiantes decidió recibir a Rosario Central —equipo beneficiado por un título otorgado por puntos en la Tabla Anual— con un pasillo de espaldas. Milei calificó este acto como una causa justa y una defensa del honor contra una definición que, según sus palabras, restó valor deportivo a la competencia.
El Presidente argumentó que aceptar resultados "de escritorio" perjudica la historia del deporte y afecta incluso a las figuras de los clubes beneficiados, mencionando específicamente a Ángel Di María. Para Milei, ganar campeonatos fuera de la cancha "mancha" la trayectoria de los protagonistas.
Sanciones y resiliencia deportiva
Tras la protesta en el "Gigante de Arroyito", la AFA impuso castigos severos: suspensiones para los once titulares de Estudiantes e inhabilitación por seis meses para su presidente, Juan Sebastián Verón. Lejos de amedrentarse, el equipo platense superó las bajas y terminó coronándose campeón tras vencer a Racing Club en Santiago del Estero.
"Tarde o temprano el triunfo llega fruto del trabajo", destacó Milei. El mandatario subrayó que, a pesar de los intentos de "humillación" y las sanciones, el club se mantuvo fiel a su historia y logró el éxito mediante el desempeño en el campo de juego.
"Inflación de títulos" y experiencias personales
El análisis presidencial incluyó una crítica técnica a la gestión actual del fútbol: la "inflación de títulos". Milei sostiene que la proliferación de trofeos y definiciones administrativas quita peso a la gloria deportiva. "¿Cuál es la gracia de ganar en un escritorio?", cuestionó durante la entrevista.
Además, el Jefe de Estado reveló una motivación personal profunda: un recuerdo de su infancia como arquero, cuando a los 9 años sintió el "robo" de un campeonato por vía administrativa. Esa huella de injusticia parece ser el motor de su apasionada defensa de la ética deportiva contemporánea.
