Después de un mes de haber asumido el poder, el vicepresidente de Bolivia Edmand Lara rompió públicamente con el presidente Rodrigo Paz Pereira y arremetió contra éste en una relación que ya venía mostrando grietas desde antes de la segunda vuelta que proclamó ganador al binomio en el balotaje del 19 de octubre.
Lara se mostró a favor de las marchas y movilizaciones que se realizan en el país del altiplano en protesta al retiro de la subvención al combustible y acusó al Gobierno del que forma parte de haberse “puesto del lado de los ricos”.
Las duras palabras de Lara hacia el presidente y palabras que suenan a amenaza
El vicepresidente realizó duros cuestionamientos hacia Paz y calificó la medida como "decreto del hambre, del desempleo, de la desesperanza”, en claro rechazo a la normativa que eliminó la subvención a los combustibles y que provocó que el precio de los mismos aumente de una manera considerable con subas de hasta el 185%.
A pesar de haberse autoproclamado como "una oposición constructiva al Gobierno" a pesar de formar parte del mismo, Lara aseguró que “sabíamos que no iba a ser fácil, sabíamos que los corruptos iban a resistir, pero hemos abierto una puerta, ahí estoy yo para defenderlos, ahí estoy yo para estar al lado del pueblo”, y lanzó una advertencia a la que muchos tomaron como una amenaza: “los días de los tiranos están contados”, señaló.
Sin embargo, Lara no solo alzó la voz contra quien fuera su compañero de fórmula en la elección que logró terminar con dos décadas de socialismo, sino que también arremetió contra el Congreso, al que acusó de aprobar créditos a cambio de puestos de trabajo en entidades estatales.
Como consecuencia de esa acusación, el Poder Legislativo boliviano aseguró que podría iniciar acciones legales contra Lara si éste no se retracta de sus duras acusaciones que fueron emitidas sin ningún tipo de sostén ni fundamentos.
La pelea entre el presidente y el vicepresidente boliviano hizo recordar a la que mantienen desde hace tiempo Javier Milei y Victoria Villarruel o las que también mantuvieron Carlos Menem con Eduardo Duhalde y Alberto Fernández con Cristina Fernández de Kirchner.
En otros países de Latinoamérica, es recordado el caso del presidente Daniel Noboa quien calificó de “traidora” a su vice Verónica Abad y promovió su destitución del cargo.
