Las exportaciones del sector energético argentino alcanzaron este año un nivel sin precedentes: superaron los USD 10.000 millones en los primeros once meses de 2025, impulsadas por la fuerte expansión de la producción en la formación de “Vaca Muerta” y el crecimiento de los despachos al exterior, según datos oficiales difundidos por la Secretaría de Energía y registros de comercio exterior.
El notable salto en las ventas externas energéticas se reflejó también en la balanza comercial del sector, que cerró noviembre con un superávit de USD 858 millones y acumuló un resultado positivo de casi USD 6.911 millones entre enero y noviembre. Este desempeño supera con holgura los registros del año anterior y ya posiciona a la energía como uno de los pilares de la generación de divisas del país.
Vaca Muerta, el oro negro del país
El crecimiento del sector estuvo ligado, en gran medida, al aumento en la producción petrolera y de gas en la cuenca neuquina. En octubre, la extracción total de petróleo en Argentina superó los 859.000 barriles diarios, marcando un récord histórico que no se veía desde finales de la década de 1990. La mayor parte de esa producción —alrededor del 60%— provino de la explotación de Vaca Muerta, que continúa consolidándose como la locomotora del sector.
El informe de comercio exterior del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) detalla que, en términos del total de bienes exportados, los combustibles y la energía representaron alrededor del 12,6%, con productos como los aceites crudos de petróleo ocupando un rol destacado dentro de ese segmento exportador.
Además del incremento en los volúmenes exportados, el sector benefició la balanza energética al mismo tiempo que las importaciones de energía retrocedieron, con una caída acumulada cercana al 19%. Este diferencial entre mayores ventas externas y menores compras del exterior contribuyó a consolidar el saldo positivo en la balanza comercial.
Especialistas en economía energética coinciden en que el fuerte desempeño exportador no solo refleja una mayor capacidad productiva, sino también un cambio estructural en el comercio exterior argentino. La transformación de Vaca Muerta en una fuente de energía competitiva y de alto rendimiento ha colocado al país en una posición destacada frente a mercados internacionales y representa una fuente confiable de ingreso de divisas.



