Brigitte Bardot falleció este domingo 28 de diciembre a los 91 años, dejando atrás una vida que fue mucho más que la de una estrella del cine. A los 39 años decidió alejarse para siempre de las cámaras, cansada de ser un objeto de admiración y de la presión mediática que la llevó a sufrir depresión y varios intentos de suicidio

Su fama estalló sin guía alguna y la exposición constante le generó un desgaste emocional profundo. En 1973, un año antes de cumplir 40, Bardot optó por abandonar la actuación y buscar un camino diferente lejos de los reflectores.

En el amor, su historia fue intensa y pública. Se casó cuatro veces y vivió romances con figuras como Roger Vadim, quien la lanzó al estrellato con 'Y Dios creó a la mujer' en 1956, así como con Jean-Louis Trintignant y Serge Gainsbourg, con quien grabó la polémica canción 'Je t’aime… moi non plus'. Su hijo único, Nicolas-Jacques Charrier, nació en 1960 fruto de su matrimonio con Jacques Charrier, con quien mantuvo una relación compleja.

Su tercer esposo fue Gunter Sachs y desde 1992 estuvo junto a Bernard d'Ormale. Bardot reconoció el desgaste que le provocaba el amor expuesto al público: “Nunca supe amar con calma”, confesó en entrevistas, reflejando una vida marcada por la intensidad y la constante mirada ajena.

Tras su retiro, Bardot se transformó en una activa defensora de los derechos de los animales, fundando una organización que alcanzó gran influencia en Europa. Sin embargo, su activismo se vio empañado por declaraciones controvertidas sobre inmigración, multiculturalismo e islam, que le valieron condenas por incitación al odio racial en Francia y un fuerte rechazo de sectores de la opinión pública.

Pese a la crítica, Bardot defendió su derecho a expresarse sin concesiones, incluso cuando eso implicó quedar aislada y perder el respaldo de quienes antes la admiraban.

Su patrimonio, estimado en unos 65 millones de dólares, se construyó gracias a sus ingresos como actriz, derechos de imagen e inversiones en bienes raíces y acciones. Mantuvo y revalorizó su fortuna tras retirarse del cine hace más de cinco décadas, demostrando una gestión financiera inteligente.

Entre sus propiedades destacaban dos residencias en Saint-Tropez, en la Riviera francesa. La primera, La Madrague, fue su hogar principal desde finales de los años 50. La segunda, La Garrigue, un refugio natural de 10 hectáreas con vistas al Mediterráneo, fue adquirido en los 80 para convertirse en un santuario de animales.

Además, Bardot ganó alrededor de 4 millones de dólares con su autobiografía 'Iniciales BB: Memoires', publicada en 1997, que narró su vida con sinceridad y sin filtros.

Brigitte Bardot fue un símbolo de liberación femenina y a la vez una figura que no dejó indiferente a nadie. Su vida anticipó debates sobre la fama, la salud mental y la imagen de la mujer en el cine, eligiendo retirarse en la cima de la fama para preservar su identidad.

Amada y cuestionada, idolatrada y criticada, Bardot nunca buscó complacer a todos. Esa coherencia con su carácter la convirtió en una de las personalidades más complejas y discutidas del siglo XX en Francia.