La reina de Países Bajos, Máxima Zorreguieta, se encuentra desde hace unos días en Bariloche junto a su esposo, el rey Guillermo, y sus hijas, Catalina, Alexia y Ariane de Orange, para pasar Año Nuevo la estancia familiar Pilpilcurá, ubicada a 75 kilómetros de Bariloche.
La familia real neerlandesa llegó a este destino en un vuelo privado luego de haber pasado unos días en El Calafate, donde recibieron la Navidad, tal como habían hecho el año pasado. Reafirmaron así una tradición sostienen desde hace varios años, que es la de celebrar las fiestas lejos de Europa y del protocolo oficial y más precisamente en la Argentina, país natal de la reina.
Máxima se hospeda además junto a su madre, María del Carmen Cerruti Carricart en la estancia que regentea su tía y madrina, Marta Marcela Cerruti Carricart, quien administra el lugar desde 2009, cuando la reina adquirió el complejo turístico.
Está emplazado en un terreno de 3.000 hectáreas, que integra el modelo típico de las residencias turísticas patagónicas con servicios de alto nivel. Se trata de un hotel boutique de carácter íntimo, con apenas cinco suites, diseñadas para ofrecer vistas privilegiadas al río y a las montañas.
Además del descanso, la estancia ofrece diferentes actividades al aire libre, como pesca con mosca, cabalgatas, trekking y visitas guiadas a cuevas con pinturas rupestres. En 2016, el entonces presidente Mauricio Macri y su familia se alojaron allí, reforzando el carácter exclusivo del complejo.
Para quienes desean hospedarse allí fuera de las visitas reales, el contrato exige una cláusula de confidencialidad y una estadía mínima de una semana.
El año pasado, la familia real neerlandesa eligió mantener un perfil discreto durante su estadía en Villa La Angostura, provincia de Neuquén, donde frecuentaron el restaurante de uno de sus familiares. Medios locales habían mostrado a Máxima paseando por el centro de la ciudad en compañía de su madre y su mascota, sin custodia visible.



