Luis Scola, histórico exjugador de la selección argentina y actual CEO y principal accionista del club lombardo, fue agredido por la espalda cuando se retiraba del campo de juego, en un contexto atravesado por conflictos deportivos e institucionales.
El hecho ocurrió el domingo 28 de diciembre, en el túnel que conecta la cancha con los vestuarios, una zona de acceso restringido. Según la reconstrucción publicada por el medio local Varese News, Scola habría recibido una patada cuando se disponía a abandonar el estadio. Pese a lo sucedido, el dirigente no sufrió lesiones de gravedad ni necesitó atención médica.
Minutos antes del final del partido, el clima ya era tenso. El estadounidense Taze Moore, jugador del Varese, fue sancionado con una falta técnica por festejar de manera efusiva una conversión. Ante esa situación, Scola intervino con la intención de apaciguar los ánimos. En ese momento fue empujado por el base del Trapani Shark, Alessandro Cappelletti, acción que derivó en su expulsión tras la revisión arbitral.
La agresión posterior, ya fuera del parquet, abrió interrogantes más profundos. Al haberse producido en un sector reservado únicamente a personal autorizado, la hipótesis que manejan medios italianos es que el atacante podría estar vinculado laboralmente al club local. Sin embargo, esa presunción aún no fue confirmada por las autoridades de la competencia.
En lo deportivo, Varese se impuso por 95-88 y alcanzó su quinta victoria en 13 partidos (5-8), ubicándose 11°. El liderazgo del torneo es compartido por Bologna y Brescia (11-2).
Tras el episodio, Pallacanestro Varese difundió un comunicado oficial en el que buscó bajarle el tono a lo ocurrido: “El episodio se inscribe en el contexto de un momento concitado, vivido con gran intensidad emocional por ambas partes. No se trató de nada grave ni de algo que vaya más allá de las tensiones normales que pueden surgir en situaciones competitivas de alto nivel”.
Desde Trapani, en cambio, el mensaje fue más áspero. El director deportivo Valeriano D’Orta, único vocero autorizado del club, declaró en conferencia de prensa: “Como se vio esta noche, en condiciones normales habríamos respetado las evidentes diferencias de clasificación con nuestros rivales”. La frase generó repercusiones y críticas en la prensa especializada.
El trasfondo institucional del Trapani Shark ayuda a explicar el clima que rodeó al partido. La entidad atraviesa una profunda crisis: arrastra una quita de cinco puntos en la Serie A, restricciones para incorporar jugadores y entrenadores, además de sanciones económicas por incumplimientos contractuales. Incluso, tras una reunión sin avances con la Federación Italiana y la Legabasket, la dirigencia llegó a amenazar con judicializar el torneo y suspender su participación.



