En el mundo de los Youtubers hay personajes para todos los gustos. Están los que te enseñan a jugar jueguitos de computadora, están los que recorren lugares del mundo y te cuentan sus costumbres, están los que hacen música, están los que cocinan, están los que hacen tutoriales para enseñarte a tocar un instrumento o para clavar un clavito y ahora también se suman los que pueden revelar historias del mundo carcelario. ¿Te imaginabas que algo así podría llegar a ocurrir? Pues sí. Las redes sociales, si le pones cabeza y constancia a lo que haces, de un día para el otro puede darte un empujón inesperado. El canal de You Tube de Pablo A La Mazmorra puede dar fe de esto.

Pablo A La Mazmorra (Juan Pablo Vega es su nombre real) se dedicó a robar desde los diez años. En su oficio de hampón se anotó algunas causas en las que se detalla: tenencia de arma, robos agravados por modalidad escruche y privación ilegítima de la libertad. La mitad de su vida se la pasó recorriendo distintos penales del país, hasta que un buen día recuperó su libertad y se dedicó a hacer lo que en verdad le apasiona: vídeos. Si bien desde la cárcel hacía algunas cosas caseras para entretener a su familia, con el tiempo se lo empezó a tomar un poco más enserio y hace tres años terminó arribando a la plataforma de You Tube. “Primer y único youtuber carcelario”, dice el tráiler presentación de su canal, que al día de hoy ya lleva más de cincuenta mil suscriptores, cincuenta videos subidos y más de dos millones trescientas mil reproducciones.

Estuvo 20 años preso y el canal lo abrió cuando salió: para contar todas las cosas que pasaban dentro de los pabellones. Cobró relevancia en las redes y saltó a la fama a partir de lo que pasó con los rugbiers. Hizo programas en su canal analizando el trato que recibieron los rugbiers y lo invitaron a Infama a comentar como se vive en una cárcel sin privilegios. Hoy tiene más de 59 mil seguidores en su canal.

Con un celular Samsung Galaxy J7 y la ayuda de su mujer, Pablo A La Mazmorra graba sus videos. En una pieza que tiene un poster de Racing y otro de Luca Prodan, se sienta en la cama, acompañado de “Monono” (un mono de peluche) y sin guion habla de temas que pueden ir desde un motín, la mala comida que reciben, una pelea entre compañeros, las penurias del sistema penal en general, hasta responder comentarios “haters” y terminar, por pedido de sus seguidores, explicando algunas terminologías que se utilizan en el “lenguaje tumbero”.

“La base de mi programa es darle consejos a la gente para que no se incline por el camino del delito y que trate de no ser violenta, a pesar de cómo están los tiempos hoy. Que no consuma drogas, que no consuma alcohol y a los pibes que ya están en este camino y llevan dos o tres condenas, que vean que se puede llevar una vida normal. No es fácil pero se puede. Hay herramientas y alternativas. Siempre hay gente que te quiere”, le explica a #Border.

De youtuber a panelista de Intratables

Tiempo después del trágico crimen de Fernando Báez Sosa a la salida del boliche de Villa Gesell, por pedido de sus seguidores, hizo tres vídeos para hablar de los beneficios que se le estaban otorgando a los rugbiers y su canal explotó en popularidad. Su vínculo con la plataforma de internet cobró dimensiones impensadas y logró ser convocado desde la televisión. Sus seguidores empezaron a aumentar de a miles en una semana y el teléfono empezó a sonar. Primero fue la producción de Intratables, después la de Mauro Viale, después Canal 26. Siempre para hablar de los mismo: la vida adentro de una cárcel cuando no tenes ningún tipo respaldo económico.

“Humildemente, llamaron al que más sabe. Es la verdad. A veces te da bronca que estás en un programa y te quieren refutar cosas que ni siquiera saben o no tienen ni idea. Un abogado me puede decir que estuvo representando durante 30 años a presos en todas las cárceles y todo lo que quiera, pero de las rejas para adentro nunca pasó y nunca la vivió. Ni siquiera el servicio penitenciario, que están y duermen ahí con vos, tiene la vivencia de lo que es vivir adentro”, dice y argumenta el porqué de su llegada a la pantalla chica.

Los seguidores de Pablo A La Mazmorra son fieles al contenido. Le escriben comentarios y los likes parecen reforzar lo que va subiendo semana a semana. Su popularidad crece a ritmo firme. “Pablito amigo no decaigas metele a esto que te puede dar un futuro piola”, escribe en los comentarios uno de sus seguidores. “A mi no me van los presos ni los chorros pero como estas hace 7 años en libertad es porq de verdad te esforzaste. Así que me suscribo”, escribe otro.

“Como digo siempre, Pablo A La Mazmorra es el tipo que me gustaría llegar a ser. Es el tipo que puede sentarse a hablar educadamente con cualquier persona. Es el tipo que pudo superar todo lo malo que le pasó en la vida, que pudo formar una familia y que puede hoy por hoy darle un consejo a un pibe o a una piba. Aposté a eso y mal no me fue. Le estoy comunicando a la gente como es la cárcel desde mi vivencia y desde el testimonio de mucha gente que me sigue desde adentro. A mí me ven chicos de muchas cárceles de varios países del mundo. Que me tengan como un referente me llena y me dan ganas de seguir. Yo no me olvido que estuve ahí”, explica.