Hay un grito en común para rechazar los femicidios y la desigualdad laboral. El aborto legal es una consigna fuerte en varias regiones. El Paro Internacional de Mujeres (PIM) ajustó sus manivelas de una manera jamás vista. Este 8 de marzo, mujeres de al menos 54 países hacen escuchar su voz. Repasar esos reclamos permite ver cuáles son los puntos más urgentes en cada lugar, ante violencias e injusticias.
La idea del Paro Internacional de Mujeres comenzó a circular en 2016 en repudio a la violencia de género alrededor del mundo. La movida nació luego de una poderosa protesta de las mujeres en Polonia, que habían hecho una huelga de un día para frenar el plan para criminalizar el aborto. Entonces, el gobierno tuvo que echarse atrás. Y ellas, exitosas, fueron por más.
Habían abierto la puerta, al igual que lo que ocurrió en Argentina con el Ni una menos, que fue portal y expresión de un movimiento que hoy es gigantesco. Las polacas se preguntaron “¿Y ahora qué?” y este año llaman a las mujeres de las pequeñas ciudades del interior de Polonia, para que no todo quede en una movida urbana. No sólo ellas. Los países de todos los continentes verán cómo sus mujeres se plantan y hacen escuchar su voz; desde Alemania a Australia, desde Chad hasta Perú.
Claro que uno de los movimientos con más impacto fue el #Time’sUp, lanzado en Estados Unidos, en las entrañas de Hollywood, en enero para denunciar el acoso, luego de la fuerza que tomaran las denuncias en la industria, y para exigir igualdad de condiciones. Una de las muestras más recientes de ello fue el discurso de la actriz Frances McDormand que al recibir su premio como mejor actriz hizo poner de pie a todas las mujeres para hacerlas visibles.
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Pero no es sólo antes los flashes que se agitan las aguas. En todos los países, como una lava que avanza y se hace visible, hay pedidos claros y contundentes que hace tiempo corren y ahora, ya, se pisan fuerte la escena mundial.
La legalización del aborto es uno de los temas más fuertes. En Argentina, este año tiene especial importancia porque se tratará en el Congreso (se presentó en la Cámara de Diputados este martes 6 el Proyecto de Interrupción del embarazo de manera voluntario, elaborado de forma colectiva por profesionales de la salud y legales y este año cuenta con el aval de diputados de todo el arco político) y ocupa lugar principal en los reclamos de la marcha que coronará el paro este año.
En Irlanda, por ejemplo, también está en la cima de los reclamos. Allí, la 8va enmienda de su constitución prohíbe la interrupción del embarazo (salvo en casos en los que esté en peligro la vida de la madre) y en mayo, luego de la importante movilización de las mujeres, se hará un referendum para dejarla sin efecto. El lema de la campaña es #repealthe8th. Polonia también levanta esa bandera con el lema Abortion is ok. En el mundo, este es un reclamo de varios países.
La igualdad de condiciones laborales y salariales suena fuerte también como reclamo internacional. Si bien alrededor de todo el globo la desigualdad salarial es fuerte, y la precarización laboral afecta en especial a las mujeres, hay países como España donde se pone especial acento por primera vez este año. Allí, por ejemplo, cientos de mujeres periodistas organizaron un manifiesto en el marco de lo que será la primera huelga feminista del país. Reclaman el fin de la brecha salarial y dicen: “El feminismo también es necesario para mejorar el periodismo”. “Todas sufrimos el mismo machismo que las mujeres del resto de sectores –precariedad, inseguridad laboral, brecha salarial, techo de cristal, acoso sexual o ninguneos– pero con las particularidades asociadas a nuestra profesión”, se lee en el documento.
Australia también pide por hacer desaparecer la brecha salarial, a la vez que denuncia la precarización laboral entre mujeres, y la desigualdad de oportunidades, en especial, en las comunidades de mujeres aborígenes.
Otro país que este año discute con fuerza esas diferencias es Chile, donde las organizaciones feministas no saben cuánta fuerza tomará el paro internacional porque muchas mujeres no pueden ausentarse de sus trabajos. Como las condiciones no están dadas, llaman sí a una huelga de horas, en la medida de posibilidades de cada mujer. Todo con el objetivo de pensar en la explotación en la vida cotidiana. El principal motivo por el que marchan este año es para denunciar los modos en los que el capital explota las economías informales de las mujeres. El segundo, para que los Estados no criminalicen a los movimientos migratorios y ni a las mujeres indígenas. Otra coincidencia con Australia.
Otros pedidos que acompañan al país vecino pasan por poner fin al racismo y a los femicidios, ante crímenes brutales, como el de Joane Florvil o Nicole Saavedra. y piden el respeto por la identidad de género, una ley cajoneada, que tomó relevancia en estos días con la participación de la actriz trans Daniela Vega en la ceremonia de los Oscars y el premio otorgado a la película que protagonizó. La actriz, elogiada por el mundo y aplaudida por políticos locales, debió salir del país con un documento del género que no declama.
Países como Alemania, este año ponen el énfasis en la solidaridad. Algo que ya habían hecho el 25 de noviembre con la “Rebelión de las mariposas por la libertad”, cuando llamaron a fortalecer los lazos con los movimientos migrantes y las mujeres de todo el mundo. A través de “todos nuestros colores”, dicen.
Y en Italia, donde se agita el Non una di meno, también aparece la idea de la solidaridad, no sólo con las vecinas españolas, para protestar contra la desigualdad laboral, sino también con las mujeres iraníes, que vienen de una lucha fuerte contra la imposición del velo.
En Irán, llaman a la desobediencia civil como modo para recuperar los derechos. Hablan, por ejemplo, de quitarse el velo en público e imitar a Vida Movahed, que el 27 de diciembre pasado, en una cabina telefónica de Teherán se quitó el velo y lo ondeó como una bandera para protestar contra su uso obligatorio. Por eso, la arrestaron durante 19 meses, pero eso no detuvo a las otras mujeres que la imitaron. Sólo en Teherán, hay más de 35 mujeres que fueron maltratadas y arrastradas por acompañar esa protesta. Hoy el pedido es el mismo y ocuparán las calles con ese reclamo.
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En Rusia las mujeres comenzaron a votar en 1917, mucho antes que en otros países, pero si bien han sido pioneras en ir al frente, en el país de las Pussy Riot que enfrentaron a Putin, hay mucho por hacer todavía. Una muestra: en enero del año pasado la noticia de que la violencia doméstica no era delito dio la vuelta al mundo. Rusia es uno de los países del mundo con la mayor cantidad de profesiones prohibidas a las mujeres: 465 en total. Y la presencia de una candidata a presidenta reveló al mundo el alto nivel de machismo en la política.
Y si hablamos de violencia sobre el cuerpo de las mujeres, no se puede olvidar que en el mundo, en especial en Oriente Medio, Asia y en África, más de 200 millones de mujeres y niñas vivas han sido víctimas de la mutilación genital. Una mujer africana embarazada, por ejemplo, es 180 veces más susceptible de morir que una mujer de Europa occidental.
En Ghana, por cada cien mil nacimientos, mueren 560 mujeres, según la Organización Mundial de la Salud. En Zimbabue, la esperanza de vida de una mujer al nacer es de 34 años, la más baja de todo el mundo.
De todo el continente africano, Uganda es pionera en movimiento feminista. Hay también casos como el de Etiopía, con organizaciones como Girl Effect, donde se busca empoderar a las más jóvenes a través de la música y las historias. En Chad, una ong sueca impulsa la equidad en la paga a trabajadoras de la salud, discriminadas hasta en el acceso a la formación.
La tecnología, que posibilita armar ese tipo de plataformas, también se usa en India, donde una organización que trabaja a través del sitio Safecity busca denunciar los casos de acoso sexual. La idea allí es armar un mapa de las agresiones sexuales, y no es tarea fácil: según el Centro Nacional de Investigaciones del Crimen, se produce una violación cada veinte minutos.
Sin dudas, la web sirve para desparramar los reclamos, para armar uniones, para denunciar abusos. Eso lo tienen bien en claro las pakistaníes, que también se suman a la lucha. Allí son comunes los matrimonios obligados, la violencia doméstica, los asesinatos “por honor” y las violaciones, al igual que en India, son “rutinarias”, según lo dice la ONG Observatorio de Derechos Humanos. Además de todo eso, este país tiene una de las mayores brechas digitales de género del mundo: el 85% de quienes usan internet son hombres. Para poder acceder a ello y a la vez para poder tener una herramienta que permita denunciar todos los abusos, se armó la digitalrightsfoundation.pk. Gill, Ali y Siddiqi son tres militantes que han logrado, a través de las redes, hacer visibles los ataques machistas de los que han sido víctimas. Y fueron la semilla de una movida que crece. En la última avanzada del #Metoo, el tema fue tendencia en ese país.
En Turquía también se marchará, para denunciar en especial la violencia de género desatada durante el estado de emergencia. A la vez, denuncian que a medida que la religión empieza a ocupar más lugar en la vida de sus habitantes, la violencia aumenta. Allí se hará una ya mítica marcha nocturna bajo el lema: «Nuestra vida, rebelión, lucha y feminización».
Pero volvamos a América Latina, que todavía hay mucho por hacer. La palabra femicidio surge para explicar los asesinatos a mujeres por el sólo hecho de su género. Y se utilizó, en principio, para poder explicar lo que pasaba en México, en Ciudad Juárez, con la matanza de mujeres que ascendía, y asciende todavía, a números para el espanto. “Nosotras paramos porque es urgente dejar la indiferencia, este sistema nos está matando y nos violenta de todas las maneras todos los días. Es urgente romper las cadenas del silencio y sólo unidas lo vamos a lograr”, dice una de las convocatorias, en Puebla. En todo el país habrá acciones para concientizar y visibilizar el conflicto.
Guatemala, por su parte, ocupa el segundo lugar del mundo en femicidios. Son 760 mujeres asesinadas cada año. El reclamo principal es “Paren de matarnos”. Allí, veintidós mujeres denuncian una violación cada día y más de diez mil niñas menores de edad son madres cada año. En ese contexto, el Estado no brinda Educación Sexual Integral. La Iglesia, como en muchos países, hace pesar su influencia para evitarlo. El pedido de separar su peso en el Estado es otro de los reclamos que se repiten alrededor del globo.
Brasil agrega su pedido de repudiar los travesticidios y la violencia policial y proponen la educación de género en las escuelas. Uruguay suma el repudio a las redes de trata. En Perú, por su parte, habrá una jornada especial de clases de autodefensa para las mujeres. En Bolivia, el acento estará puesto en pedir igualdad de derechos de las trabajadoras.
Son al menos 54 países. En todo el mundo habrá agite. Este 8 de marzo los reclamos serán visibles y extensos. En Argentina llegará con el paro durante todo el día y la marcha hacia el Congreso. Las consignas más fuertes serán: #Abortolegalya y #niunatrabajadoramenos, en respuesta a los despidos y la precarización laboral entre mujeres. Contra la violencia hacia las mujeres en todas sus formas, avanza una gran ola en todo el mundo que, aseguran, hará temblar a la tierra.