A un año del femicidio de Cecilia Strzyzowski, Marcela Acuña, madre de César Sena y esposa de Emerenciano Sena, escribió una carta desde prisión en la que reafirma su inocencia. La nota de dos páginas, contiene denuncias por condiciones inhumanas de detención y hace comparaciones controvertidas con figuras históricas como Santiago Maldonado, Ernesto Guevara y Cristo.
En el escrito, Acuña expresó fuertes críticas hacia el gobierno y describe su situación en prisión como «terrible y dolorosa». En el texto, la mujer denunció que tanto ella como su familia fueron objeto de torturas físicas y psicológicas, y que han sido mantenidos en condiciones de aislamiento extremo, sin comunicación con el exterior. “Nos tienen aislados, torturados física y psicológicamente, hostigados, sin ningún tipo de comunicación con el exterior, incomunicados con suma crueldad. El poder político evita que pueda abrazar a mi hijo y compañero (César y Emerenciano)”, escribió.
En este sentido, Acuña acusó al gobierno de usar su caso como una herramienta política para mantenerla y a su familia bajo una constante presión. “No solo es terrible y doloroso estar presa siendo inocente, sino que pensar en lo que están haciendo mientras arman y gobiernan con esta causa policial es doblemente triste”, subrayó en su escrito.
En la misma línea, la exdirigente social apuntó contra el gobernador de Chaco, Leandro Zdero, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, por lo que ella considera un intento deliberado de estigmatizarlos a través de un caso policial manipulado. “Indudablemente es normal para determinados poderes tener personas inocentes presas”, señaló, criticando la falta de justicia en su situación.
A lo largo de su carta, Acuña hizo comparaciones controvertidas entre su situación y la de figuras históricas. “Me veo en Cristo, acusada y crucificada injustamente. En Ernesto Guevara, fusilado por sus ideas y lo que significaba. Me veo en María Madre de Dios, quien vio y sufrió el padecimiento y la humillación de su hijo cargando la cruz y después crucificado”, comparó Acuña, tratando de ilustrar lo que ella percibe como una persecución injusta.
Acuña insistió en que su familia es víctima de una persecución política. “Hay poderes que quieren que sea normal lo que atravesamos, en una lógica parecida a lo que pasó con Santiago Maldonado, culpándolo a él de su muerte cuando en realidad fue asesinado”, concluyó en su carta, reforzando la narrativa de que su situación es un ejemplo de injusticia y abuso de poder.
