El monte Etna, el volcán más alto y activo de Europa, volvió a dar señales de su potencia, con una impactante erupción que lanzó una espesa nube de ceniza y gases sobre la región este de Sicilia, Italia. El fenómeno se produjo tras el colapso parcial del cráter ubicado en el flanco sureste, según confirmaron las autoridades italianas.
El Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV) informó que la actividad volcánica generó un flujo piroclástico —una mezcla extremadamente peligrosa de gases calientes, cenizas y fragmentos de roca— provocado por el “desplome de material del flanco norte del cráter sureste”. Las imágenes captadas por cámaras de vigilancia mostraron claramente el desplazamiento de esta nube gris sobre el volcán.
En un primer momento, se activó una alerta roja para la aviación debido a que la columna de ceniza alcanzó una altitud aproximada de 6,5 kilómetros. Sin embargo, con el correr de las horas y la evolución del fenómeno hacia una fuente de lava más estable, esa alerta fue reducida a naranja. La nube se disipó durante la tarde sin generar consecuencias de gravedad.
A pesar de la magnitud de la erupción, el aeropuerto de Catania, ubicado a pocos kilómetros del volcán, continuó operando normalmente. El presidente de la región de Sicilia, Renato Schifani, llevó tranquilidad a la población al afirmar que “no hay ningún peligro para la población”, y aclaró que el flujo volcánico no afectó al Valle del León, una zona muy frecuentada por turistas.
Un gigante del Mediterráneo
Ubicado en la costa este de Sicilia, el Etna es uno de los volcanes más estudiados del mundo debido a su constante actividad. Se eleva a más de 3.300 metros sobre el nivel del mar Su imponente presencia, sumada a su valor científico y turístico, lo convierte en un ícono natural del Mediterráneo.
El Etna no solo es el volcán activo más alto de la placa Euroasiática, sino también la montaña más alta de Italia al sur de los Alpes. Su superficie ocupa más de 1.100 kilómetros cuadrados, con una circunferencia de base de 140 kilómetros. Cada año, miles de turistas lo visitan atraídos por sus senderos, sus paisajes volcánicos y la posibilidad de presenciar una erupción en tiempo real.