En una decisión sin anuncio oficial pero confirmada por organismos internacionales, el Gobierno argentino resolvió retirar su candidatura para integrar el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el período 2026–2027. La medida, impulsada desde la Casa Rosada bajo la directiva del presidente Javier Milei, marca un quiebre en la histórica tradición del país como actor activo en foros multilaterales de derechos humanos. Así lo confirmó el medio Clarín, tras consultar fuentes de organismos internacionales.
La decisión fue comunicada al representante argentino ante la ONU, Francisco Tropepi, quien debía trasladarla a su par en Ginebra, Carlos Foradori, sede del Consejo. En su lugar, Ecuador ocupará la vacante correspondiente a América Latina. Las elecciones se realizarán en octubre, durante la Asamblea General de la ONU, donde Milei tiene previsto dar su segundo discurso internacional.
De miembro fundador a observador: silencio oficial
Desde su creación en 2006, Argentina integró el Consejo en cinco períodos y ejerció la presidencia en 2022, con el embajador Federico Villegas. El país fue reconocido por impulsar resoluciones sobre diversidad, justicia climática y misiones de verificación en contextos críticos como Venezuela y Myanmar.
La salida implica que Argentina ya no podrá votar ni presentar resoluciones, aunque seguirá obligada por los mecanismos internacionales de derechos humanos y podrá intervenir como observador. En esta oportunidad, el país tenía asegurado el respaldo diplomático para ocupar una de las dos vacantes regionales junto a Chile.
Amnistía Internacional lamentó la decisión y advirtió que “la participación de Argentina en el Consejo es parte de su integración internacional y compromiso con el multilateralismo”. En un hilo de posteos, la organización señaló que el retiro “debilita esa tradición y envía una señal preocupante sobre la voluntad del Gobierno de sostener un compromiso con los derechos de las y los argentinos en el mundo”.
Desde la Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC) también se expresó un “profundo repudio”, calificando la medida como “un grave retroceso en la histórica defensa de los derechos humanos como política de Estado”.
La decisión se inscribe en la estrategia internacional del presidente Milei, quien ha expresado públicamente su alineamiento con líderes como Donald Trump y Benjamín Netanyahu, ambos críticos del Consejo y de la ONU en general. En su discurso ante la Asamblea General de 2024, Milei calificó a las Naciones Unidas como un “leviatán de múltiples tentáculos” y cuestionó la Agenda 2030 por considerarla ideológica.