La Asamblea General de Naciones Unidas adoptó una declaración considerada pionera para combatir las enfermedades no transmisibles y promover la salud mental, con una abrumadora mayoría de 175 países a favor. Sin embargo, Argentina y Estados Unidos se posicionaron como los únicos países que votaron en contra, mientras que Paraguay optó por abstenerse.
Este documento representa el primer compromiso global que aborda estas problemáticas de salud y marca el inicio de un plan para alcanzar metas específicas hacia 2030. En sus líneas, se reafirma el compromiso de reducir en un tercio la mortalidad prematura causada por enfermedades no transmisibles, a través de la prevención, el control y la promoción del bienestar mental.
En relación a la postura de Estados Unidos, el sitio oficial de la ONU señaló que el país expresó su desacuerdo debido a que la declaración reconoce aspectos fundamentales, como el derecho a la salud sexual y reproductiva, y la necesidad de considerar que las mujeres enfrentan un doble impacto por estas enfermedades debido a su rol como cuidadoras. Argentina también se sumó a esta posición de rechazo.
Las enfermedades no transmisibles son responsables de más de 18 millones de muertes prematuras anuales en todo el mundo y están asociadas a factores como una alimentación deficiente, consumo de tabaco y alcohol, contaminación ambiental y estilos de vida sedentarios. Además, afectan significativamente la salud mental de la población.
El exembajador argentino en Washington, Jorge Arguello, destacó en la red social X la votación histórica en la ONU: “Salud global: consenso casi unánime en ONU con dos excepciones. En una votación histórica en la ONU, 175 países aprobaron una declaración clave sobre enfermedades no transmisibles y salud mental. Solo votaron en contra Estados Unidos y la Argentina”.
El documento establece tres objetivos prioritarios para 2030, conocidos como "vía rápida": reducir en 150 millones el número de consumidores de tabaco, aumentar en 150 millones las personas con hipertensión bajo control y elevar en 150 millones el acceso a servicios de salud mental. Además, se busca que al menos el 80% de los países implementen políticas, leyes y medidas fiscales que apoyen estas metas, y que una proporción similar de centros de Atención Primaria disponga de medicamentos esenciales y tecnologías recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, resaltó la importancia de este paso: “La adopción de estas ambiciosas metas para controlar las enfermedades no transmisibles y promover la salud mental demuestra el compromiso de los Estados miembros de proteger la salud de sus ciudadanos. Juntos, podemos cambiar la trayectoria de las enfermedades no transmisibles y la salud mental, y brindar salud, bienestar y oportunidades para todos”.



