Australia amaneció impactada este lunes tras sufrir el peor atentado terrorista en tres décadas, cuando un padre y su hijo atacaron a la comunidad judía durante la celebración de Janucá en la icónica playa de Bondi, Sídney.
Las autoridades confirmaron que el ataque dejó un saldo de 15 fallecidos y 39 heridos. Entre las víctimas se encuentran una niña de 10 años llamada Matilda, un superviviente ucraniano del Holocausto, Alex Kleytman, que murió protegiendo a su esposa, el rabino Eli Schlanger, padre de cinco hijos, y Dan Elkayam, un joven inmigrante francés.
Los responsables fueron identificados como Sajid y Naveed Akram, de 50 y 24 años respectivamente, ambos musulmanes. La policía abatió al padre en el lugar, mientras que el hijo fue hospitalizado en estado crítico pero estable. Fuentes locales indican que su vida no corre peligro.
Según relatos, Sajid trabajaba como frutero y Naveed era albañil, desempleado desde hace dos meses. La madre de la familia, Verena, expresó su conmoción: “Mi hijo no tiene armas de fuego, ni siquiera sale, no se junta con amigos. No bebe, no fuma, no va a malos sitios […]. Todo el mundo querría tener un hijo como el mío, es un buen chico”.
La policía registró la vivienda familiar en Bonnyrigg, donde también residían una hermana y un hermano de los atacantes. Allí se incautaron seis armas de fuego registradas a nombre del padre y realizaron dos arrestos aún sin confirmar. Además, hallaron un coche bomba en Campbell Parade, una avenida cercana a la playa.
El origen de Sajid no ha sido confirmado, aunque se cree que proviene de Pakistán. Llegó a Australia en 1998 con visa de estudiante y residía de forma permanente desde 2001, año en que nació Naveed, ciudadano australiano.
Grabaciones muestran que Naveed hizo un gesto para que los presentes se retiraran antes de iniciar el ataque, lo que evidencia una motivación religiosa dirigida contra la comunidad judía. Se sabe que estudió en el Instituto Al-Murad, un centro árabe y coránico en Heckenberg que pudo influir en su radicalización.
El director general de la Organización Australiana de Inteligencia de Seguridad, Mike Burgess, confirmó que Naveed figuraba en sus archivos desde 2019, aunque no se consideraba una amenaza inminente, ya que la evaluación se basaba más en su círculo social que en su conducta personal.
En medio del caos, Ahmed Al Ahmed, un musulmán sirio de 43 años, se convirtió en héroe al enfrentarse a Sajid y desarmarlo. Recibió dos disparos en el hombro y se recupera en el hospital. Su valentía fue reconocida internacionalmente, incluso por el expresidente Donald Trump, y se recaudaron más de 730.000 dólares en su apoyo, con una donación destacada de Bill Ackman por 99.000 dólares.
Este atentado desató una ola de indignación por la creciente indiferencia del Gobierno frente al antisemitismo, que ha provocado al menos veinte ataques contra la comunidad judía desde el inicio de la crisis en Gaza, incluyendo la quema de sinagogas y guarderías en Sídney.
Jillian Segal, enviada especial para Combatir el Antisemitismo, advirtió que la situación empeora debido a la falta de respuestas contundentes y educación adecuada. Las fuerzas de seguridad han reforzado la protección en sinagogas y escuelas judías para evitar nuevos ataques.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, visitó la playa de Bondi, donde se colocaron ofrendas florales y objetos personales en memoria de las víctimas. Albanese calificó el ataque como “un acto de pura maldad, un acto de antisemitismo y terrorismo en nuestro país”.
