En dos años, los casos crecieron un 59%. En 2017 hubo 98 femicidios. Las atacan en sus casas. Son datos del Ministerio Público bonaerense.
El relevamiento del Ministerio Público de la provincia de Buenos Aires pinta con los tonos más oscuros parte del flagelo que golpea mayormente a las mujeres. ¿Por qué “parte”? Porque sólo tiene en cuenta los casos que se denunciaron en las fiscalías distribuidas en los 19 departamentos judiciales del territorio bonaerense. En estas líneas, de esta sucinta presentación, quedan al margen todas esas personas que por diferentes circunstancias no se animaron a contar sus historias frente al Estado. Son las víctimas que siguen en el anonimato, y que no engrosan ninguna estadística, pero que sufren a diario los distintos tipos de violencia. Es imposible determinar cuántas son.
Así y todo, los números que sí se conocen son escalofriantes, y con una tendencia in crescendo, la cual realmente asusta. En dos años no sólo que se incrementaron un 59% los ataques, sino que durante 2017 se recibió una denuncia por violencia de género y/o familiar cada 4 minutos y medio, en promedio. Tremendo.
Puesto de otra manera, los datos hablan por sí solos: en 2015 las denuncias fueron 67.685, en 2016 95.557, y en 2017 treparon a 114.118. La variación interanual muestra un claro crecimiento.
Si se observa la tasa de incidencia, el 13,8% de todos los delitos denunciados se trata de casos de violencia de género. Es decir, 114.118 sobre 824.599 expedientes judiciales totales durante el año pasado.
Si se desglosa de otro modo, se observa que se denuncian 312 casos de violencia de género y/o familiar por día en la provincia de Buenos Aires.
El relevamiento del Ministerio Público, cuyo título es “Informe de Femicidios 2017” comprende todas las causas iniciadas por delitos ocurridos en un contexto de violencia familiar y/o de género, consignados en el Registro Penal de Violencia Familiar y de Género (ReViFaG).
En la introducción, la investigación que lleva la firma del jefe de los fiscales bonaerenses, Julio Conte Grand, se destaca que “se presenta una diferenciación de las víctimas según su sexo, a fin de visualizar cómo esta problemática afecta a hombres y mujeres, niños y niñas, procurando un estudio pormenorizado y específico de la violencia familiar y de género”.
Es decir, se habla de un concepto abarcativo de violencia familiar y/o de género, pero donde mayoritariamente las víctimas son mujeres.
La mayoría de las víctimas mujeres tienen entre 18 y 30 años; y la mayoría de los agresores (victimarios) son hombres de la misma franja etaria.
Los números ratifican la consigna de todas las marchas y/o manifestantes populares. Los hombres son principalmente los agresores. Por ejemplo, se observa que, en las causas donde se consignan víctimas femeninas, la mayoría de los imputados/sindicados son de sexo masculino (90,9% de los casos).
Este dato también resulta contundente en tal sentido: cuando la víctima es un hombre o niño, los imputados/sindicados son de sexo masculino en el 50,1% de los casos y femenino en el 49,9%. Es decir, también se manifiesta mayoritariamente la violencia hombre-hombre por sobre la de la mujer como victimaria.
En los 114.118 procesos penales de violencia familiar y de género del ReViFaG, se han registrado un total de 115.474 imputados/sindicados. De estos, 25.085 son de sexo femenino, 90.031 masculinos, y en 358 no se especificó el dato.
De acuerdo al informe, el ránking de agresores hombres hacia las mujeres lo encabezan las ex parejas, le siguen las parejas y luego los noviazgos. Todo fueron incluido dentro de la categoría “Íntimo”, en dicho trabajo.
En todos estos relevamientos, la cifra de delitos es superior al número de causas, ya que sobre un mismo hecho pueden denunciarse uno o varios delitos, pero todos ellos conforman un solo expediente judicial (IPP, Investigación Penal Preparatoria).
El departamento judicial de Lomas de Zamora es el que recibió la mayor parte de las denuncias durante 2017 (20,5%), luego San Martín (14,3%); La Matanza (9,9%) y San Isidro (8,6%), entre los principales.
Quizás el dato más aterrador sea el siguiente: en 2017 se iniciaron un total de 92 procesos penales por femicidio, algunos de ellos con multiplicidad de víctimas, por lo que el total asciende a 98 víctimas fallecidas. Esto muestra un incremento del 8,9% con relación a 2016.
En la provincia de Buenos Aires, una mujer es asesinada por violencia de género cada cuatro días. Y se determinó que antes de ser asesinadas sufrieron abuso sexual 9 de las 98 víctimas, tres de ellas por parte del padrastro, una por el tío, otra por la pareja y tres por conocidos. Sólo una fue víctima de un extraño.
En el 99% de los casos las víctimas conocían al femicida. Y 13 víctimas ya habían realizado denuncias penales contra el asesino por hechos de violencia previos al femicidio, según el informe oficial.
El 88% de los crímenes se dieron en la casa de la víctima, que fue asesinada con armas de fuego, en un 29,3%; con armas blancas, en un 28,3% o a los golpes (“fuerza física” como dice el informe), en un 20,7%. Seis mujeres murieron prendidas fuego.
De los 14 procesos en los cuales se extinguió la acción penal por fallecimiento de los imputados/sindicados, en 13 casos se suicidaron luego de cometer el femicidio, y en uno falleció por una afección cardíaca.
El informe concluye que los “114.118 procesos penales, evidencian una conflictividad social de gran relevancia, que afecta en su mayoría a las mujeres, no sólo limitando su derecho a la vida, como expresión más extrema e irreversible, sino también a vivir una vida libre de violencia, entre otros derechos fundamentales”.