Lejos de mostrarse preocupado por la jornada legislativa que culminó con la sanción de varias leyes que implican un incremento en el gasto público, el ministro de Economía, Luis Caputo, sorprendió este viernes al asegurar que lo ocurrido en el Senado es, en realidad, “lo mejor que pudo haber pasado”.
Con un mensaje publicado en redes sociales, el titular del Palacio de Hacienda minimizó el impacto de las votaciones que aprobaron, entre otras medidas, una nueva fórmula jubilatoria, la emergencia en discapacidad y el reparto automático de fondos coparticipables. “El periodismo tradicional habla de ‘derrota’, ‘revés’ o ‘torpeza política’. Permítanme disentir”, lanzó Caputo, marcando distancia del análisis dominante.
La visión del Ministro
Según su visión, el episodio parlamentario no representa un traspié del oficialismo sino una radiografía más de lo que él llama “la casta política”. “No va a cambiar nunca”, sentenció, al tiempo que recordó que muchos de los legisladores que hoy se arrogan la defensa de los jubilados fueron quienes, según él, les quitaron derechos en el pasado. “Son los mismos que vetaron el 82% móvil, que se quedaron con los ahorros de las AFJP y que en 2023 les recortaron un 30%”, acusó.
Fiel al manual libertario que pregona el presidente Javier Milei, Caputo volvió a poner el foco en el déficit cero como principio rector de su gestión. Aseguró que, a pesar de las leyes sancionadas, el equilibrio fiscal “no se negocia” y que no habrá cambios en la hoja de ruta económica.
En un tono más político que técnico, el ministro también apeló al electorado, denunciando que detrás de las maniobras parlamentarias hay un objetivo oculto: "destruir al país" para provocar un escenario caótico que facilite el regreso de la oposición al poder. “Es su única posibilidad de volver a manejar lo que para ellos es el negocio de la política”, acusó.
Caputo aseguró que, con Milei en el gobierno, las jubilaciones ya recuperaron un 15% y que seguirán en alza, sin necesidad de “soluciones mágicas” o “medidas irresponsables” votadas por el Congreso.
Señal para la tribuna
Las declaraciones de Caputo no solo buscan contener el impacto político interno ante una oposición envalentonada, sino también enviar una señal al mercado: el Gobierno mantiene su compromiso con el superávit primario y no dará marcha atrás, aun en un contexto adverso.
El mensaje, sin embargo, no deja de tener un doble filo. Mientras algunos lo leen como una demostración de fortaleza, otros lo interpretan como un reflejo de aislamiento político. La advertencia queda en el aire: si el Congreso insiste con leyes que comprometen el equilibrio fiscal, el Ejecutivo redoblará la presión con vetos y, según había deslizado Milei, posibles embates judiciales.