La investigación por el crimen del remisero Martín Sebastián Palacio sumó una confirmación determinante: los restos encontrados en Entre Ríos pertenecen al trabajador de 37 años.

Palacio había avisado la noche del 8 de octubre que realizaría un “traslado ejecutivo” hacia Córdoba a bordo de su Toyota Corolla blanco con techo negro. Desde ese momento se perdió todo contacto con él. Su teléfono se apagó poco después de la medianoche y, horas más tarde, su vehículo apareció incendiado en un descampado del barrio Villa Retiro, en la capital cordobesa.

El principal sospechoso del asesinato es Pablo Laurta, ya imputado por el doble femicidio de Luna Giardina y su madre, Mariel Zamudio. Según la investigación, Palazzo habría sido su último pasajero. Los fiscales creen que Laurta pagó el viaje hacia Córdoba para luego cometer esos femicidios, por los cuales permanece detenido en un penal de máxima seguridad.

La autopsia realizada en la morgue de Paraná había revelado inicialmente que el cadáver presentaba un orificio de entrada en el cráneo compatible con un disparo, un indicio clave para reconstruir la secuencia del crimen.

Con la confirmación genética, los investigadores sostienen que Laurta habría ejecutado a Palacio de un tiro en la cabeza, lo descuartizó y luego distribuyó los restos en distintas zonas de la provincia, dentro de bolsas de residuos. Partes óseas fueron halladas en Concordia y Rosario del Tala.

Tras cometer ese crimen, Laurta habría huido hacia Córdoba para asesinar también a su expareja y a la madre de ella. Luna Giardina, de 26 años, lo había denunciado reiteradamente por violencia de género y amenazas. Contaba con una restricción perimetral y un botón antipánico, medidas que no lograron evitar el fatal desenlace.

Luego de los femicidios, Laurta escapó con el hijo que tenía con Luna e inició una fuga que se extendió casi 700 kilómetros hasta Gualeguaychú, Entre Ríos. Allí fue detenido el 12 de octubre en un hotel, junto con el niño.