Causa Cuadernos: Clarens confesó que recaudaba USD 300 mil por semana a pedido de Néstor Kirchner

El financista añadió que el esquema continuó con Cristina Kirchner y que también recaudó para Madres de Plaza de Mayo.
Por: #BorderPeriodismo

La declaración de Ernesto Clarens como imputado colaborador, leída durante la tercera audiencia del juicio oral de la Causa Cuadernos, reveló detalles profundos sobre el funcionamiento interno de la red de recaudación ilegal más compleja de la historia argentina reciente. Clarens, un financista cercano a Lázaro Báez, describió con precisión su papel central en el circuito de sobornos vinculados a la obra pública durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.

En la audiencia, a la que no asistió la expresidenta, procesada como supuesta jefa de asociación ilícita y cohecho, se escuchó la frase clave de su confesión: "Yo me ocupaba por cambiar los pesos por dólares", en referencia a su rol en la conversión y el traslado de los fondos ilícitos.

Origen y mecanismo del retorno

El relato de Clarens se remonta a mediados de 2005. Carlos Wagner, entonces presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, lo convocó a una reunión en la sede de la Cámara Argentina de Empresas Viales (la "Camarita"). Wagner le informó que el Gobierno nacional había decidido obtener fondos de la obra pública mediante una operatoria que requería su intervención. Su función principal era recibir los "aportes o retornos" de las constructoras y asegurar que esos fondos llegaran al secretario de Obras Públicas, José López, o a quien él indicara.

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Clarens explicó que lo eligieron para esta función porque era conocido como el financista de Báez. Tras recibir la instrucción de Wagner, la verificó con López y Báez, quienes le facilitaron el contacto de Daniel Muñoz, secretario privado de Néstor Kirchner. Muñoz indicaba los lugares de encuentro para las entregas de dinero, que variaban según el monto a transferir.

El mecanismo de recaudación era el siguiente:

  • Entregas: Representantes de constructoras (titulares, gerentes financieros o contadores) acudían a la oficina de Clarens en la ciudad de Buenos Aires. En ocasiones, Clarens se desplazaba a las sedes de las empresas. Mencionó a enviados habituales de firmas como HELPORT (Collazo), IECSA (Santiago Altieri), CHEDIACK (Eduardo Kennel), CARTELLONE (Tito Biaggini) y ESUCO (Copola), entre otras. Subrayó que, en la mayoría de los casos, los titulares de las firmas participaban directamente.

  • Monto y Frecuencia: El sistema, instaurado por orden de Néstor Kirchner, preveía un valor de cada entrega cercano a los USD 300.000, con una frecuencia semanal. El porcentaje habitual de recaudación era el 10% de lo cobrado por la obra.

  • Excepciones: Empresas como CPC (de Cristóbal López) y Electroingeniería tenían una relación directa con el poder y no entregaban la recaudación a Clarens.

Lavado y logística del dinero

Clarens detalló que su principal función era cambiar los pesos recibidos por dólares en el mercado informal para obtener una comisión en negro. Recurría a un corredor llamado Vallarino y operaba en "cuevas" financieras, usando en ocasiones la mesa de dinero del Banco Finansur como intermediario con casas de cambio. Posteriormente, Daniel Muñoz solicitó que el dinero se procurara en euros en billetes de quinientos, debido a su menor volumen físico.

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Las entregas a Muñoz se concretaban en una habitación que el secretario tenía en el Hotel Panamericano o en el hall de la planta baja del edificio de Juncal y Uruguay, residencia del matrimonio Kirchner, especialmente cuando se trataba de sumas importantes.

Clarens estimó que el dinero movilizado en este esquema rondó los USD 30 millones hasta que la recaudación se discontinuó tras la muerte de Néstor Kirchner. Al final de su declaración, Clarens reveló que Muñoz le había contado que el dinero se almacenaba en archivos metálicos dentro de una bóveda en el subsuelo de la casa de El Calafate, donde se percibía un fuerte olor a tinta. Muñoz describió que el efectivo se transportaba los viernes en aviones oficiales que partían del sector militar de Aeroparque con destino a Río Gallegos o El Calafate.

La ruta de la obra pública y los pedidos de la expresidenta

La "Camarita" entregaba mensualmente a Clarens un listado con datos de las obras licitadas: fecha, empresa adjudicataria, monto ofertado y porcentaje de sobreprecio. La licitación preveía un adelanto financiero del 20%, del cual se exigía a la empresa la mitad en una sola vez.

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Clarens relató un pedido específico de Cristina Kirchner tras la muerte de su esposo: ordenó que se adjudicara a Cristóbal López la obra del tramo Perito Moreno - Bajo Caracoles de la Ruta 40. José López encomendó a Clarens contactar a los compradores del pliego para que desistieran o acompañaran.

En otro tramo de su confesión, Clarens afirmó que José López le comunicó que algunas empresas aportarían dinero para la campaña del kirchnerismo durante 2012 y 2013. Mencionó específicamente a ESUCO, CARTELLONE, LOSI, CHEDIACK y ROGGIO como firmas que entregaron fondos con ese fin, los cuales entregaba directamente a López. Clarens también corroboró que "José López preparaba el listado del pago de Vialidad con Cristina, siendo que ella estaba al tanto de quienes cobraban primero".

La demanda de fondos persistió en 2014 y 2015. López le explicó que necesitaba 70 millones de pesos por un reclamo de Hebe de Bonafini por el programa Sueños Compartidos. La recaudación total en este contexto ascendió a aproximadamente USD 30 millones

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