Vecinos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) notaron una inusual proliferación de chinches de agua en balcones, patios y veredas durante los últimos días, algo que no habían visto antes en zonas urbanas. La aparición masiva de estos insectos llamó la atención por su tamaño y comportamiento.
Identificados como miembros de la familia Belostomatidae, estos insectos acuáticos suelen habitar cuerpos de agua dulce poco profundos como lagunas y arroyos. Desde la Subsecretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires explicaron que esta situación responde a una “explosión demográfica” y no a una invasión, ya que no se expandieron a lugares donde no habitan habitualmente.
El aumento en su visibilidad está ligado a las condiciones climáticas recientes, con alta humedad y lluvias abundantes que favorecieron su desplazamiento. Los especialistas anticiparon que, cuando cambien estas condiciones meteorológicas, la presencia de chinches volverá a ser menos notoria.
Características y comportamiento
Las chinches gigantes de agua pueden superar los 12 centímetros de longitud y poseen un cuerpo aplanado y robusto, con patas delanteras en forma de pinzas para atrapar presas. Aunque pueden morder y causar dolor si se las manipula, no son venenosas ni representan un riesgo grave para las personas.
Según la agencia National Park Service de Estados Unidos, estos insectos se sienten atraídos por luces artificiales y pueden desplazarse grandes distancias en busca de nuevos hábitats, lo que explica su presencia en piscinas, patios y balcones urbanos.
Su ciclo de vida comienza en primavera o verano, cuando las hembras depositan huevos sobre plantas acuáticas o incluso en el cuerpo de los machos. Durante el invierno, los adultos suelen refugiarse bajo lodo o vegetación sumergida, resguardándose de las bajas temperaturas.
En los ecosistemas acuáticos, las chinches de agua cumplen un rol clave al controlar poblaciones de pequeños vertebrados e invertebrados como renacuajos, peces pequeños y otros insectos. Su presencia masiva ayuda a mantener el equilibrio biológico local.
En entornos urbanos, su aparición está vinculada a cambios bruscos en el nivel del agua, inundaciones o la atracción lumínica. Sin embargo, su supervivencia fuera del agua dulce es limitada, por lo que este fenómeno es temporal y condicionado por factores ambientales.
Desde las autoridades ambientales recomiendan evitar el contacto directo con estos insectos para prevenir mordeduras dolorosas y señalaron que el monitoreo científico de estos desplazamientos permite entender mejor su comportamiento y anticipar futuras apariciones en la ciudad.
Por ahora, resta esperar que las condiciones climáticas se normalicen para que las chinches gigantes de agua regresen a sus hábitats naturales, dejando atrás esta inusual presencia en el AMBA.



