Este martes 19 de agosto, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) se encuentra bajo alerta meteorológica naranja debido a la formación de un centro de baja presión en superficie, fenómeno conocido como ciclogénesis, que fue pronosticado con anticipación por Meteored Argentina. Esta situación meteorológica adversa también afecta al Litoral, parte del NEA y el centro-este del país.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) prevé para el AMBA chaparrones, tormentas de variada intensidad y lluvias persistentes con una tasa de caída que podría provocar anegamientos e inundaciones, acompañadas de ráfagas de viento que oscilarán entre 40 y 70 km/h durante toda la jornada. Desde la madrugada del martes ya se registraron precipitaciones acumuladas de 20 mm y se esperan valores totales entre 40 y 70 mm, con posibilidad de superarse puntualmente.
Para la mañana del martes, el SMN emitió una alerta amarilla complementaria que advierte sobre tormentas localmente fuertes, acompañadas de actividad eléctrica, ráfagas y ocasional granizo. Estas alertas indican la necesidad de mantenerse informados y preparados ante fenómenos meteorológicos que pueden afectar la seguridad, bienes y la vida cotidiana.
La decisión de Milei
En respuesta a esta situación, la Oficina del Presidente (OPRA) comunicó que el presidente debió reprogramar su actividad prevista para este martes 19 en Junín, provincia de Buenos Aires, debido a las condiciones adversas. Según el informe, los aeródromos de Junín y Pergamino no cumplen con las condiciones mínimas para vuelos bajo reglas visuales debido a los techos nubosos bajos y vientos fuertes con ráfagas mayores a 55 km/h. Esto hace que el traslado aéreo y terrestre sea inseguro e impracticable.
Desde OPRA explicaron que “el traslado tanto por vía aérea como terrestre resulta imposible bajo estas condiciones” y que la operación aérea no se ajusta a la normativa vigente, aumentando el riesgo para la seguridad operacional. Además, la necesidad de recargar combustible en vuelo nocturno e instrumental incrementa aún más la complejidad y el peligro del traslado presidencial.
Eventos deportivos
El partido de vuelta entre Racing Club y Peñarol por los octavos de final de la Copa Libertadores, programado para este martes en el estadio "Cilindro de Avellaneda", está bajo fuerte incertidumbre debido a las lluvias intensas. La acumulación prevista de hasta 80 mm y las condiciones de anegamiento podrían dificultar el acceso de los aficionados y la realización segura del encuentro.
Avellaneda, ubicada en el sur del Gran Buenos Aires, se encuentra dentro de la zona afectada por la alerta naranja, lo que eleva la preocupación sobre la viabilidad del evento al aire libre. La organización a cargo de CONMEBOL deberá evaluar cuidadosamente la situación para evitar riesgos innecesarios y considerar la suspensión del partido en caso de condiciones adversas.
El reglamento de CONMEBOL establece que, en caso de interrupción por fuertes lluvias, los jugadores deben ser enviados a los vestuarios y se deben realizar esfuerzos para secar el campo rápidamente. La reanudación quedará a criterio del árbitro, quien debe evaluar la seguridad y visibilidad, pudiendo suspender el encuentro si las condiciones no son aptas.
La ciclogénesis que afecta al AMBA y zonas aledañas ya fue advertida con días de anticipación, por lo que las autoridades y organizadores de eventos masivos tienen la responsabilidad de tomar medidas preventivas y comunicar con antelación las posibles modificaciones para proteger a la población y garantizar la seguridad de las actividades.