Con la finalidad de engrosar sus arcas a medida que sostiene la estabilidad del sistema financiero, el Banco Central pondrá en funcionamiento un nuevo sistema a partir de 2026 basado en dos ejes principales, que estará atados a la liquidez del mercado cambiario y al crecimiento de la demanda de dinero.
Esos cambios anunciados por la entidad van de la mano de otra medida reciente, relacionada con la actualización en función de la inflación de las bandas de flotación cambiaria del dólar. Esta última tiene como objetivo consolidar la estabilidad monetaria a partir de la desaceleración inflacionaria.
Con ese nuevo sistema de flotación del dólar, el piso y el techo se actualizarán mes a mes en base a los índices de inflación que publique el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), a diferencia del ajuste del 1% mensual como se ajusta actualmente.
Las principales claves del nuevo sistema que cambiará la estrategia de acumulación de reservas internacionales
En primer lugar, con esta nueva medida el Gobierno tiene como eje incrementar la base monetaria hasta un 4,8% del Producto Bruto Interno para fines de 2026, a diferencia del 4,2% actual. Para lograr ese objetivo, está contemplada la compra de unos 10.000 millones de dólares en reservas. Sin embargo, esa cifra podría acrecentarse hasta 17.000 millones si es que la demanda de dinero supera lo previsto.
De esa forma, el Banco Central podría comprar dólares por un monto equivalente al 5% como máximo de todo el volumen operado en un día por el mercado cambiario y, de esa forma, lograr que el precio del dólar no varíe significativamente, dándole junto al cambio en el esquema de bandas, un mayor margen de maniobra para contener a la moneda estadounidense.
Por último, desde la entidad buscan evitar el atraso cambiario que suele ponerle limitaciones a la adquisición y acumulación de reservas.



