Condenaron a prisión perpetua a Ulises Troncoso, el hombre que abusó y mató a Noemí “Mimí” Burella, una costurera de 61 años, para robarle en su casa. Su cómplice, Jorge Zanel, recibió una pena de cuatro años y seis meses de prisión. El femicidio ocurrió hace tres años en la pequeña ciudad de Calchaquí, en Santa Fe.
La Justicia encontró responsable a Troncoso de homicidio calificado (doblemente agravado) por ser cometido para ocultar, consumar y procurar la impunidad de otro delito, y por mediar violencia de género, en concurso ideal con abuso sexual con acceso carnal.
Por su parte, Zanel fue hallado culpable del delito de encubrimiento agravado. En su caso, se desestimó el agravante de ánimo de lucro (es decir, para incrementar su patrimonio) por falta de pruebas.

En la investigación, se comprobó que Troncoso entró a la casa de “Mimí” entre las 19.00 y las 23.00 del 18 de agosto de 2022. Con conocimiento de que vivía sola, la atacó sexualmente, luego la golpeó con un objeto y la mató. Antes de escapar, se llevó dinero y el celular de la víctima.
La familia comenzó a sospechar que algo pasaba, ya que la hija de Burella no recibía respuestas de su madre. Al día siguiente, fue hasta su casa y encontró el cuerpo cubierto con un mantel. El fiscal Leandro Mai sostuvo que el asesinato fue cometido para asegurar la impunidad del abuso sexual y el robo.
Detalles de la indagación
La investigación empezó cuando hallaron el celular de la víctima en la casa de Zanel, quien confesó que Troncoso se lo había dado. Al principio, el sospechoso había dicho que lo había obtenido a cambio de drogas, pero después cambió su declaración y acusó directamente a Troncoso como el autor del crimen.
Zanel, quien se quebró durante el proceso judicial, relató que Troncoso le confesó que “se había mandado una c...”, mientras ambos estaban bajo los efectos de las drogas.
En ese sentido, sostuvo que había entrado a robar a la casa de una mujer, que la encontró en una pieza, le pegó, al instante la desmayó, luego intentó abusar de ella mientras estaba inconsciente, agarró dinero en efectivo y se fue.
“El imputado sabía que la mujer vivía sola, y se aprovechó de ese estado de indefensión, de una relación desigual de poder y de su mayor poderío físico para atacarla sexualmente”, remarcó el fiscal, quien en su momento ordenó pericias genéticas en las que no hubo coincidencias entre ADN de Troncoso en la escena del crimen y en el cuerpo de la víctima.
El tribunal, compuesto por Natalia Palud, Claudia Bresán y Martín Gauna Chapero, evaluó las pruebas presentadas por los fiscales y finalmente este jueves sentenciaron a ambos acusados.