Una trágica situación se vivió en Mariano Acosta, Merlo, donde Clelia María Galarza, una mujer de 87 años, fue hallada sin vida en el baño de su hogar. Su cuerpo fue descubierto por su hija, quien la visitaba como era habitual para compartir unos mates. Sin embargo, en esta ocasión, el encuentro resultó en una escena desgarradora: la madre y abuela ya no respondía.

Las autoridades, al llegar al lugar tras la llamada de emergencia, confirmaron que la mujer había fallecido. Según los resultados de la autopsia, la causa de la muerte fue una "lesión producida por asfixia mecánica". Este hallazgo llevó al personal policial a centrar su atención en un sospechoso muy cercano a la víctima, su bisnieto de 17 años.

Durante la investigación, los oficiales encontraron ropa del joven con manchas de sangre, lo que complicó aún más su situación. Se notificó que en la finca no se hallaron signos de violencia o entradas forzadas, lo que sugiere que el responsable podría haber tenido acceso al hogar. Una fuente vinculada a la investigación aclaró que "todo indicaba que había sido alguien que ingresó con permiso o con llave".

En el momento de ser interrogado, el bisnieto, identificado como J.L.G., no pudo proporcionar un relato coherente sobre su ubicación durante el momento del homicidio, que ocurrió seis horas antes de que Clelia fuera encontrada. Esta inconsistencia en su declaración apuntó aún más hacia su implicancia en el crimen.

Finalmente, por orden del fiscal Guillermo Rodríguez Rey, de la Fiscalía de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 1 de Morón, el adolescente fue detenido y llevado a un Instituto de Minoridad en La Plata. J.L.G. enfrenta acusaciones de homicidio agravado por el vínculo, y por ahora permanecerá en prisión preventiva mientras avanza la investigación.