Horas antes de la tragedia que conmocionó a Recoleta, el colorista Abel Guzmán dejó una estremecedora declaración a una empleada de un supermercado cercano a la peluquería Verdini. «Porque voy a matar a alguien», contestó el asistente de la peluquería ante la pregunta inocente de la cajera sobre su nuevo corte de pelo.
Recoleta se ve sacudida por un crimen que dejó a la comunidad consternada. Horas previas al fatal suceso que cobró la vida de Gabriel Medina, Abel Guzmán mantuvo un encuentro con una empleada de un supermercado cercano, revelando una frase perturbadora que dejó a todos perplejos. La joven cajera, quien prefirió mantener su identidad en reserva, contó detalles de su conversación con Guzmán, arrojando luz sobre los eventos previos al trágico desenlace.
Según el testimonio de la empleada, al preguntarle a Guzmán sobre su repentino cambio de imagen, quien optó por raparse la cabeza, este respondió con una declaración impactante: «Porque voy a matar a alguien». La cajera, desconcertada por la gravedad de estas palabras, admitió que inicialmente interpretó el comentario como una broma de mal gusto. «¿Quién podría haber pensado que lo decía en serio?», expresó la joven, aún perturbada por el recuerdo de aquel encuentro.
La figura de Guzmán, ahora prófugo, comienza a perfilarse. Reconocido en el mundo de las peluquerías por su habilidad en tratamientos de keratina, su carácter reservado y distante contrastaba con la sociabilidad de su colega Medina. Testimonios de compañeros y clientes sugieren una tensión creciente entre ambos, alimentada por disputas profesionales y de ego.
Ante este panorama, Cristian Benítez, abogado del propietario de la peluquería Verdini, donde tuvo lugar el fatal incidente, ofreció su análisis de los acontecimientos. El letrado descartó conflictos evidentes que anticiparan la tragedia, aunque sugirió la posibilidad de un enfrentamiento motivado por el ego. «Puede tratarse de un tema de egos o disputas personales derivadas de su misma función», manifestó Benítez.
El crimen, captado por las cámaras de seguridad del establecimiento, muestra un momento aparentemente tranquilo que se transforma en un acto de violencia desproporcionada por parte de Guzmán. «No se trataba de una reunión laboral, sino de un momento para relajarse antes de cerrar», explicó el abogado, evidenciando la complejidad de los motivos detrás del trágico suceso.
El crimen en Recoleta conmocionó a la comunidad y mientras se buscan respuestas, la escalofriante confesión de Guzmán a la cajera del supermercado sigue resonando en la mente de aquellos que intentan dar sentido a lo inexplicable.
